El Banco de México (BdeM) debe continuar con un enfoque de política monetaria cauto y estar listo para responder de acuerdo con las circunstancias, dijo el jueves uno de los subgobernadores de la institución.

Javier Guzmán Calafell apuntó que dado que el balance de riesgos para la inflación en México tiende al alza en el contexto actual no deben descartarse ajustes adicionales a la tasa de interés referencial, de acuerdo con el texto de una ponencia presentada en Londres.

Guzmán agregó que en cuanto concluya el proceso electoral del primero de julio se requerirá conocer las acciones de política económica que tomará el nuevo gobierno, especialmente en finanzas públicas.

El peso se apreció 2.24 por ciento el jueves y logró su mejor nivel en un mes durante una sesión volátil, tras los comentarios del subgobernador del BdeM, en el sentido que el organismo está preparado para subir su tasa de interés, y a sólo días de las elecciones presidenciales, ubicándose como la divisa de mayores ganancias en el mercado cambiario.

Otros factores de riesgo

En operaciones de mayoreo, la moneda mexicana recuperó 45 centavos al cerrar en 19.72 unidades por dólar, de acuerdo con el precio de cierre publicado por el Banco de México. En operaciones al menudeo, el peso subió 2.43 por ciento –entre 50 y 45 centavos– por lo que cada dólar se vendió al público en general en 20 pesos, de acuerdo con el precio de fin de sesión de Citibanamex.

En el penúltimo día de operaciones antes de las elecciones del domingo, el peso marcó su mejor cotización desde el 28 de mayo, cuando cerró en 19.5980 unidades, de acuerdo con el historial del banco central.

Al comienzo de la semana el director general de operaciones y sistemas de pagos del BdeM, Jaime Cortina, señaló que no espera una sacudida de los mercados o una depreciación del peso en caso de que el candidato de izquierda gane la presidencia, pues los mercados ya han asimilado esta posibilidad.

No obstante, persisten otros factores de riesgo para la cotización del peso frente al dólar, en particular el creciente proteccionismo comercial de Estados Unidos y la amenaza de nuevos aranceles que podrían ser aplicados a las exportaciones del sector automotor, señaló Banco Base en un reporte.