Bruselas

La Unión Europea (UE) sancionó ayer a 11 altos dirigentes del gobierno del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, entre ellos a la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, y a su antecesor, Tareck El Aisammi, a raíz de la reciente elección presidencial, a la cual calificó de carente de credibilidad.

Con este nuevo paquete de sanciones, que también alcanzó al director del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, Gustavo González López; al comandante general del ejército bolivariano, Jesús Suárez Chourio, y al ministro de Educación, Elías Jaua, la UE busca fomentar una solución democrática a la crisis, promover la estabilidad política y cumplir con las necesidades urgentes del pueblo venezolano.

La lista incluyó también a tres jerarcas del Consejo Nacional Electoral, entre ellos la vicepresidenta, Sandra Oblitas, acusada por Europa de manipular el proceso electoral, sin embargo, la UE no sancionó al presidente Maduro, para evitar romper posibles puentes de diálogo con Caracas, aunque el nuevo paquete de sanciones se acerca a él.

En tanto, el gobierno chavista denunció en un comunicado que la UE atenta contra la paz política en Venezuela al inmiscuirse en sus asuntos internos y empeñarse en aplicar medidas coercitivas que atentan contra la tranquilidad y el diálogo, y calificó la decisión de injerencista, porque “constituye una franca intromisión en los asuntos soberanos de Venezuela, al adoptar pretendidas medidas restrictivas contrarias al derecho internacional.

Por separado, Delcy Rodríguez, quien asumió la vicepresidencia el 14 de junio, publicó en Twitter que ninguna amenaza, extorsión, medida arbitraria o chantaje desviarán mi compromiso, y apremió a la jefa de la diplomacia de la UE, Federica Mogherini, a que disponga de los supuestos activos a su nombre que, aseguró, no existen, y los destine a la atención de la crisis migratoria que han generado con sus políticas belicistas, racistas y xenófobas.

Días después de la relección de Maduro en unos comicios anticipados que fueron boicoteados por los principales partidos de la oposición, los cancilleres europeos se comprometieron a adoptar rápidamente sanciones contra Caracas y exigieron nuevas elecciones.