Todo cambio a la reforma educativa debe partir de un diagnóstico que muestre sus logros y retos, dijo la presidenta de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), Teresa Bracho González.

Agregó: No es una buena práctica de los gobiernos de América Latina cambiar una reforma académica sin antes realizar un análisis para conocer lo que se mejoró, qué problemas atendió, lo que no se solucionó y si ésta funciona.

Al participar en el cuarto diálogo técnico regional Las reformas educativas en América Latina: alcances, logros y desafíos, resaltó que los cambios implementados en México no se centraron sólo en la evaluación de los docentes, sino que tuvieron como objetivo modificaciones profundas en el sistema académico nacional para cumplir con el derecho constitucional de ofrecer a todos los mexicanos una enseñanza de calidad con equidad.

El INEE dio cuenta de la intervención de Bracho en este foro, que se celebró en Buenos Aires, Argentina, y fue organizado por el Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación, de la Unesco.

Expuso que la reforma educativa en México es adecuada, ya que busca el fortalecimiento profesional del docente y el conocimiento del sistema de enseñanza para diseñar mejores políticas públicas que permitan elevar la calidad de la ésta.

La reforma no es un producto que nos vino de fuera o impuesto por organismos internacionales, sino resultado de la conversación interna y global en educación, que permite comprender y plantear soluciones a necesidades propias del país.

Estos cambios, dijo Bracho González, han posibilitado establecer acciones encaminadas a lograr una mayor cobertura, elevar los niveles de aprendizaje, mejorar la calidad profesional de los docentes y de los servicios que se ofrecen en los centros escolares, pero, sobre todo, para elevar el nivel de la educación.

Ubicó varios retos para el sistema educativo de México: fortalecer la Ley del Servicio Profesional Docente, reforzar la tarea de análisis para saber qué políticas públicas deben continuar, redefinirse o modernizarse, de manera que se creen las condiciones para generar mayor confianza en la sociedad.