Lunes 25 de junio de 2018, p. 13
Ixtepec, Oax.
Los planes han cambiado
, dicen con preocupación Helen Eveniza Fernández, hondureña de 25 años, y la salvadoreña Yuni Carolina Meza, de 31 años, quienes con sus hijos pretendían llegar sin documentos a Estados Unidos, pero decidieron quedarse en México por miedo a que las separen de sus vástagos.
Helen viaja con su pareja, Josué Bermúdez, y sus dos pequeños de siete y cuatro años, debido a la violencia y falta de empleo que prevalece en Honduras. La familia determinó que lo mejor será vivir en Monterrey, Nuevo León, pues sólo quieren vivir en paz.
Yuni y Helen llegaron hace una semana al refugio de migrantes fundado en Ciudad Ixtepec por el sacerdote Alejandro Solalinde. Durante su trayecto padecieron violencia, las asaltaron y les arrebataron el único patrimonio que les permitiría continuar su camino. Ahora esperan obtener un permiso de residencia para no ser detenidas por agentes migratorios mexicanos.
Este es el segundo intento de Helen y sus hijos para llegar a Estados Unidos. En el primero fueron detenidos en Chihuahua y posteriormente deportados; ahora la posible separación de los hijos no les permite avanzar.
Yuni abandonó El Salvador hace 30 días con su hija de 10 años. Allá dejó a un hijo mayor y su anhelo es llegar a Texas, trabajar y enviar dinero para que su familia tenga mejor vida.
Ella y su pequeña han caminado muchos kilómetros, traen los pies cansados y llenos de ámpulas. Ahora con todo esto de que separan a los migrantes de sus hijos en Estados Unidos tengo miedo, pero espero que la gente no lo siga permitiendo, porque no está bien. Donald Trump debe proveer de derechos humanos y no hacer esto, es doloroso
, narró Yuni.