Se les conoce como niños llave; son aquellos hijos que no pueden ser cuidados por sus padres y que, por tanto, disponen de los medios para entrar y salir de los hogares sin el menor cuidado. Son comunes en los destinos turísticos y un tema de atención para evitar que se rompa el tejido social.

En Cancún, Quintana Roo, ocurre la desintegración de las familias porque los padres trabajan en la industria turística con horarios complicados, señaló el director del Consejo de Promoción Turística estatal, Darío Flota.

Los padres laboran los fines de semana, a veces doblan turnos, lo que es muy duro. Cuando son vacaciones deben trabajar, mientras el menor se queda solo en casa, resaltó el directivo al explicar el problema de los niños llave.

El asunto puede derivar en consumo de drogas, ya que cada vez se reduce la edad en que menores consumen una droga por primera vez.

Los niños se quedan solos durante la semana, lo que favorece la creación de pandillas, que pasa de ser el grupo de cuates del barrio a un conjunto delictivo, y la puerta de acceso al consumo de drogas, consideró el directivo del Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo.

Un estudio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en México, sobre la situación de los menores de edad en la Ciudad de México, Puerto Vallarta y Cancún, advierte que la mayoría de los colaboradores de hoteles tienen turnos rotativos, esto significa que sus horarios cambian y deben laborar en la mañana, la tarde o la noche, semanal o mensualmente. A los padres y madres que trabajan en turnos nocturnos y los fines de semana les es difícil pasar tiempo suficiente y de calidad con sus hijos y parejas.

El problema se agudiza por la falta de guarderías asequibles o accesibles y por los horarios escolares cortos. Como resultado de esto, comúnmente los padres dejan a sus hijos en edad escolar sin supervisión hasta que ellos regresan del trabajo, esto aumenta el ries-go de que los menores sufran lesiones, violencia y abandono, expone el estudio del Unicef La niñez y la industria hotelera en México.

El reporte recomendó a los hoteles dar horarios regulares y más flexibilidad de permisos a los padres que trabajan para satisfacer las necesidades de sus familias. Además, el gobierno, junto con el apoyo de la industria turística, “debería mapear las necesidades de cuidado de los menores en esta circunstancia y ampliar el acceso a espacios de cuidado infantil donde se requiera”.

Testimonios

El informe del Unicef contiene una serie de narraciones, que datan de diciembre del año pasado: Cuando mi papá regresa jugamos un poco, pero está muy cansado y me pide un poco de tranquilidad. Algunas veces duerme en el hotel, señala un menor de edad, cuyo progenitor trabaja en el sector.

No veo mucho a mis hijos, me siento mal por eso. Cuando llego con ellos quieren jugar, pero estoy cansada. No tenemos tiempo para estar con nuestros hijos como las mamás normales. Tenemos que pagarles a otros para que los cuiden, apuntaron dos madres.