San Petersburgo

Al igual que otras potencias, Brasil sufrió de más para conseguir su primera victoria en el Mundial de Rusia 2018 y con dos goles agónicos finalmente logró vencer 2-0 a Costa Rica, un resultado que encamina la clasificación de la verdeamarela a octavos y elimina a los ticos de la competición.

Tras un desarrollo dramático con un Brasil protagonista, el desahogo llegó cuando Philippe Coutinho y Neymar anotaron en tiempo de compensación, a los minutos 91 y 97, respectivamente, para el crucial triunfo en el estadio San Petersburgo pintado de amarillo.

Los festejos fueron tan intensos que incluyeron el llanto desolador de Neymar y la caída del entrenador Tite al gritar el primer tanto, lo que incluso le provocó un tirón muscular.

Con los tres puntos conseguidos este viernes, Brasil lidera el Grupo E con cuatro unidades, mientras Costa Rica, sin puntos, quedó eliminada del torneo.

A la verdeamarela le costó muchísimo trabajo quebrar el cerrojo que planteó la selección tica, que tuvo en el portero Keylor Navas a su salvador durante 90 minutos; sin embargo, la resistencia se quebrantó en el tiempo de descuento de la segunda parte gracias a dos buenas reacciones de los brasileños.

La apuesta de Costa Rica fue contragolpear y asociarse por el costado derecho. Por allí generó una única situación de riesgo en todo el partido: al minuto 12, Celso Borges se perdió el gol de frente al arquero brasileño Allison Becker, luego de un gran desborde de Christian Bolaños por la banda.

Los centroamericanos estaban cerca de hacer daño cuando Marcelo pescó un balón y salió disparado. La banda había quedado desierta y el zurdo aprovechó para encontrar a Neymar, quien filtró a Gabriel Jesús, adelantado por centímetros.

Fue un aviso, porque luego, alrededor de la media hora de partido, la canariña contó con tres oportunidades seguidas: la más clara fue un mano a mano de Neymar que Navas logró neutralizar achicando con sus veloces piernas, cuando el ariete había encontrado un hueco entre los cinco defensas ticos. Después fue un remate de Marcelo y otra acción del delantero del PSG por la derecha los que pusieron a Costa Rica en aprietos.

Si bien el técnico Óscar Ramírez había advertido que sus jugadores no cometerían faltas bruscas contra Neymar, éste sufrió varias infracciones durante todo el encuentro, pero también se zambulló y simuló.

Insistencia en el área tica

Tras la falta de goles en la primera parte, Brasil salió mucho más decidido e incisivo en sus ataques, algo que pedía Tite desde el inicio.

En los primeros 15 minutos del segundo tiempo, Costa Rica perdió totalmente el control que había tenido, en gran parte, en el primer capítulo, cuando la verdeamarela (ayer vestida de azul) encontró pocos espacios.

Al minuto 49, Gabriel Jesús estrelló un cabezazo en el travesaño, y luego Cristian Gamboa apenas logró desviar en la línea de gol un remate limpio de Coutinho.

Después Navas salvó en tres ocasiones: tapó un remate de Neymar en el área, otro de Coutinho y tomó un balón perdido cuando el 10 quedaba solo frente al arco.

La capacidad del guardameta del Real Madrid sólo fue superada por el volumen ofensivo que Brasil generó con los ingresos de Douglas Costa y Firmino.

El dramatismo del partido tocó su pico al minuto 77, cuando Björn Kuipers sancionó un penal de Giancarlo González por un agarrón a Neymar tras una finta dentro del área. Pero el juez central corroboró con el videoarbitraje y revirtió su fallo, que fue unánimemente reprobado por la afición.

Tres minutos más tarde, los silbidos fueron aún mayores cuando Neymar vio la tarjeta amarilla por protestar y lanzar el balón con furia. Sin embargo, la estrella brasileña tendría su descarga final.

En uno de los tantísimos centros que el cuadro sudamericano lanzó al área rival en el epílogo, Gabriel Jesús aguantó el balón y tocó de primera para la aparición fulgurante de Coutinho, quien con su gol de punta hizo volar por el césped hasta al propio Tite en un alocado festejo que se escuchó en todo el estadio.

Para rematar, Neymar conectó a la red un centro por la derecha para poner el 2-0 final cuando ya se jugaban siete minutos de tiempo adicional.

Ese dramatismo quedó cristalizado en las lágrimas del ariete, tirado en el césped, en señal de alivio. No es para menos: Brasil consiguió un triunfo tan agónico como crucial para sus aspiraciones en Rusia 2018.