Lomelí apuesta al ‘‘voto parejo’’
Comicios entre presiones del narco y boicot de indígenas
Jueves 21 de junio de 2018, p. 29
Guadalajara, Jal.
El rompimiento entre el candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, y el aspirante del partido Movimiento Ciudadano (MC) a la gubernatura de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez –quien encabeza las encuestas hasta por 25 puntos– ha marcado el proceso electoral local, en el cual también se renovarán 125 ayuntamientos y 38 diputaciones (20 de mayoría relativa).
Hace seis años ambos compitieron en la alianza Movimiento Progresista, formada por los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y MC, y quedaron en segundo lugar, Alfaro sólo cuatro puntos detrás del actual gobernador, Aristóteles Sandoval, del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Este año, en sus giras por Jalisco, López Obrador ha llamado a Alfaro ‘‘traidorzuelo’’ y ‘‘más de lo mismo’’. El candidato de Morena a la gubernatura, Carlos Lomelí, está segundo en las encuestas, en cerrada competencia con priísta Miguel Castro.
‘‘En Jalisco la elección y el resultado van a ser contundentes. No tengas pendiente, Andrés Manuel. Ojalá entiendas que aquí no puedes venir a dar órdenes’’, respondió Alfaro.
En una visita reciente al estado, Dante Delgado, presidente nacional de MC, agradeció a Enrique Alfaro que aceptara ser candidato de su partido, pese a que López Obrador lo invitó a que fuera postulado por Morena. ‘‘Andrés Manuel le pedía que traicionara a MC’’, dijo.
Alfaro no ha aceptado de buen grado que el panista Ricardo Anaya sea el candidato a la Presidencia, en coalición con PRD y MC, como ha hecho patente en las giras de éste en Jalisco, salvo la más reciente, en Chapala. Ha preferido no aparecer en fotografías junto a Anaya o evita estar cerca de él.
El candidato panista a la gubernatura, Miguel Ángel Martínez, se quejó con Anaya de que únicamente los del blanquiazul hacen campaña en Jalisco en favor de Anaya Cortés, pese a que se trata de una alianza en al ámbito federal.
En su reciente visita al estado , el ex líder nacional del PAN tuvo una encerrona con los dos candidatos a la gubernatura para pedir a Alfaro muestras claras de apoyo.
Alfaro, alcalde con licencia de Guadalajara, ha sido un fenómeno electoral desde 2008, cuando ganó la presidencia municipal de Tlajomulco, lo cual lo hizo un candidato apetecible para todos los partidos.
Tras perder la elección de gobernador en 2012 –lo que asumió casi como un triunfo en un estado donde siempre han ganado PRI o PAN–, regresó en 2015 para ganar la alcaldía capitalina; además, sus correligionarios arrasaron en la zona metropolitana de Guadalajara y en el Congreso local.
Este año las perspectivas de MC son aún mejores, otra vez ancladas en la figura de Alfaro, quien no se confía y emprendió una campaña y presentó denuncias contra el empresario farmacéutico Carlos Lomelí, ante la posibilidad de que el llamado ‘‘efecto López Obrador’’ pudiera impulsar al candidato de Morena a la gubernatura.
Lomelí, al igual que Alfaro, estuvo con López Obrador en la campaña de 2012, cuando fracasó en su intento de llegar al Senado. En 2015 obtuvo una diputación federal postulado por MC, pero a raíz del desacuerdo entre Alfaro y López Obrador para la elección de 2018, se desligó de MC y el año pasado renunció a su diputación para ser candidato de Morena.
Lomelí acusa a Alfaro de privilegiar a constructoras cuando fue alcalde en Tlajomulco y Guadalajara, y tiene la esperanza de que el llamado de López Obrador al ‘‘voto parejo’’ lo ayude a remontar la ventaja del candidato de MC.
Con una lista nominal de 5 millones 904 mil personas, la tercera más grande del país, detrás de las del estado de México y Ciudad de México y superando, por primera ocasión, a Veracruz, que ocupa el cuarto sitio, Jalisco será clave en la elección presidencial, lo que explica las frecuentes giras de todos los candidatos.
La lista de aspirantes a la gubernatura la complementan el panista Miguel Ángel Martínez; Salvador Cosío, del Partido Verde Ecologista de México, hijo del ex gobernador priísta Guillermo Cosío Vidaurri; Martha Rosa Araiza, de Nueva Alianza, y el perredista Carlos Orozco Santillán.
Aunque en la elección federal PAN, PRD y MC están aliados en favor de Anaya, en el estado cada partido tiene su candidato, y los tres han tenido que aparecer juntos en visitas del aspirante presidencial.
Otra característica de la elección es la violencia, particularmente en el sur del estado, controlado por el Cártel Jalisco Nueva Generación. El Instituto Electoral y de Participación Ciudadana ha sustituido a unos 40 candidatos por amenazas.
El 9 de diciembre fue asesinado en Autlán Miguel Ángel García González, dirigente de Morena y precandidato a la alcaldía de Casimiro Castillo; el 24 de diciembre fue ultimado Salvador Magaña, opositor a la privatización de las playas y aspirante de MC a la presidencia municipal de La Huerta. El 28 de diciembre abatieron a tiros al diputado local perredista Saúl Galindo Magaña, quien buscaba ser por segunda ocasión alcalde de Tomatlán.
El asesinato más reciente se cometió el 15 de abril, cuando el alcalde con licencia Juan Carlos Andrade Magaña, quien buscaba la relección en Jilotlán de los Dolores por MC, fue ultimado al regresar de un velorio en Michoacán.
En el norte es muy posible que no se realicen elecciones en Mezquitic y Bolaños porque la comunidad wixaritari de San Sebastián Teponahuaxtlán y su anexo Tuxpan de Bolaños han impedido el paso de material electoral, capacitadores, propaganda y candidatos.
El boicot se debe a que comuneros indígenas exigen al gobierno federal que intervenga para que les restituyan unas 10 mil 500 hectáreas en Huajimic, Nayarit, que son parte de su territorio ancestral y ya ganaron en juicios agrarios.