La celebración del Día del Padre y el encuentro entre México y Alemania fueron doble motivación para el jolgorio y el consumo entre los capitalinos.

Algunos restaurantes ofrecieron menús desde antojitos mexicanos hasta comida rápida y amenidades como torneos de futbolito. Para no quedar fuera de ambas celebraciones, familias completas o grupos de amigos desayunaron en bares y cantinas, como la de Los Cinco Caudillos, en el Centro de la ciudad.

Ahí, a pesar de la enorme distancia con Rusia, decenas de fanáticos vitorearon al Tri, lanzaron porras, corearon el Cielito lindo mientras degustaban chilaquiles, enchiladas, huevos al gusto y cerveza; en algunos lugares ofrecieron comidas más exóticas, como caracoles en salsa verde, chapulines y criadillas. Los padres fueron apapachados con regalos que abrieron durante el partido, dejando ver camisas o calzado.

La Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño de la Ciudad de México informó que los giros comerciales esperaban una jornada positiva, cercana a 28 por ciento superior en ventas.