Uno de cada dos mexicanos que nace en la pobreza, permanecerá en esa condición toda su vida, señaló un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el cual atribuye al factor educativo la falta de movilidad social en el país.

La organización señaló que el patrimonio y las ventajas de los padres en México juegan un papel fundamental para que sus hijos suban en la escala de ingresos.

De acuerdo con una encuesta, 55 por ciento de los mexicanos consideraron al estatus y la comodidad de los niños, como uno de los tres mayores riesgos a largo plazo.

Detalló que la educación de los padres tiene impacto en el resultado de sus hijos, pues cada año adicional de educación de los progenitores está vinculado con seis meses adicionales para sus vástagos.

El promedio en México es alto, pues en el resto de los países integrantes de la OCDE es de cinco meses, pero en las nuevas generaciones está disminuyendo.

Agregó que 48 por ciento de las personas cuyos padres se encontraban en la quinta parte más pobre de la población, en términos de estatus socioeconómico, terminan con el mismo nivel, mientras sólo 4 por ciento de ellos alcanza al 20 por ciento de la población con mayores ingresos.

Además, 52 por ciento de los niños en México, cuyos padres tienen un nivel socioeconómico más alto, logra alcanzar un mejor estatus, mientras 3 por ciento cae al 20 por ciento inferior en la escala de ingresos.

Indicó que México tiene un desempeño bajo en comparación con otros países miembros de la OCDE en materia de movilidad educativa intergeneracional, así como en movilidad de ingresos a lo largo de la vida.

Destacó que los altos niveles de pobreza e informalidad, las bajas tasas de participación femenina en el mercado laboral, la insuficiente calidad educativa en las áreas menos favorecidas y la exclusión financiera son factores cruciales para entender la movilidad social en el país.