Sábado 16 de junio de 2018, p. 16
El consumidor mexicano tendrá que pagar un mayor precio por productos importados de Estados Unidos a los que el gobierno impuso un arancel en respuesta a una medida similar adoptada por Estados Unidos, indicaron analistas.
La imposición de aranceles, iniciada por Estados Unidos al aplicar una cuota a las importaciones que realiza ese país de acero y aluminio de México, Canadá y la Unión Europea es uno de los capítulos de la guerra comercial emprendida por Washington, que este viernes se expresó en la decisión de la Casa Blanca de gravar importaciones de China.
Estados Unidos escaló el proteccionismo
, dijeron Mariana Ramírez Montes y Alejandro Saldaña Brito, analistas de Ve por Más.
La respuesta de Mexico a los aranceles al acero y aluminio, que entraron en vigor el primero de junio, fue imponer gravámenes de entre 15 y 25 por ciento a productos estadunidenses como la carne de cerdo, whiskey, arándanos y productos de acero y aluminio.
Los especialistas consideraron tres posibles efectos de la decisión del gobierno mexicano de imponer aranceles a algunos productos estadunidenses:
Traspaso en precios al consumidor, lo que implica mayor inflación y menor consumo, con impacto en la actividad económica a mediano plazo; segundo, que los productores asuman la pérdida, y tercero, sustitución de proveedores.
Prevemos, con altas probabilidades, una combinación de los tres escenarios. Sin embargo, a corto plazo prevalecerán los primeros dos y, en mayor medida, el traspaso directo y completo al consumidor. De manera que, inicialmente, estimamos un impacto en la inflación de 0.2 puntos, pero podría ser menor en la medida que se incorporen el resto de los escenarios descritos anteriormente
, apuntaron.
Para el crecimiento de la economía previeron un impacto menor a 0.1 puntos, por lo que mantuvieron su pronóstico de crecimiento del producto interno bruto (PIB) para 2018 de 2.2 por ciento.
No obstante, las consecuencias podrían aumentar en caso de que se anuncien nuevos aranceles y que se intensifique la guerra comercial, mencionaron.
Por la imposición de aranceles al acero y aluminio, los sectores más afectados en México son: la fabricación de autopartes, autos y camiones, productos de hierro y acero y productos metálicos, edificación, así como maquinaria y equipo de la industria metal mecánica.
Concanaco delinea estrategia
Otra opción es que los oferentes no trasladen completamente el alza de sus insumos, lo que encarecería el proceso productivo. En esta línea, la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco) indicó que buscaría delinear estrategias para no incrementar sus precios. Hasta el momento no se han conocido cuáles serían y cuándo entrarían en vigor.
Si el escenario se materializa podrían reducirse las ganancias para las empresas, lo que provocaría una salida de empresas pequeñas y la reducción de la inversión. En consecuencia, un menor empleo y producción podría repercutir negativamente en el PIB de México. La magnitud dependerá de la asimilación de menores márgenes, dijeron.
La capacidad de productores y consumidores de sustituir los bienes sujetos a los nuevos gravámenes tiene relevancia a la hora de evaluar los riesgos de los aranceles sobre el crecimiento económico y la inflación.
En el caso del consumo, existen condiciones para suplir la carne de cerdo proveniente de Estados Unidos: se podría destinar mayor proporción de la producción nacional al consumo interno y no a la exportación (170 mil toneladas); además, la Secretaria de Economía abrió un cupo (entrada sin arancel) por hasta 35 mil toneladas a la carne proveniente de otros países.