Sábado 9 de junio de 2018, p. 35
Shanghai.
En China, donde según la tradición las madres y sus bebés deben permanecer confinados y ser mimados durante un mes tras el parto, lujosos centros especializados proponen estancias mensuales por unos 12 mil dólares.
Clases de yoga, salones de masajes, niñeras, pasteles hechos por cocineros siempre disponibles. Así dan la bienvenida a un centro de descanso posnatal
de Shanghai, donde todo está pensado para garantizar el bienestar de las familias.
La cultura tradicional china impone a las jóvenes madres limitar al máximo los esfuerzos, la exposición a las corrientes de aire y los alimentos picantes en el mes posterior al parto.
Deben cuidar mucho su salud, y por lo general permanecen en casa, aunque ahora se multiplican los establecimientos especializados, como el centro posnatal del lago Malaren, en Shanghai.
Preferíamos encontrar una estructura profesional que se ocupara de nuestro bebé. No teníamos experiencia en este ámbito
, explica Yu Xueting, de 34 años, junto a su hijo Kangkang, nacido hace unas semanas.
Un ejército de enfermeras, auxiliares médicos y expertos dedica todo tipo de cuidados a los inquilinos de este establecimiento moderno, cuya arquitectura está inspirada en la del norte de Europa.
En cuanto a los padres, también pueden instalarse en el centro si lo desean, pero suelen conformarse con visitar a sus mujeres.