mérica Latina es catalogada como la región más desigual del planeta, pero, dadas las diferentes posiciones cíclicas y opciones de políticas que tienen los países que la conforman, la región se caracteriza por incluir varias Américas Latinas en lugar de una sola.

A pesar de ser una de las regiones con abundantes recursos naturales, y la riqueza que ello implica, América Latina se mantiene en el subdesarrollo y con marcadas diferencias sociales, y la concentración de la riqueza y el ingreso resulta abismal, al igual que los niveles de bienestar.

No obstante, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe no ceja en su empeño de erradicar tal circunstancia, y para el caso mexicano advierte que las expectativas de crecimiento se han reducido, pero el crecimiento superará el de las economías sudamericanas, a pesar de la incertidumbre política estadunidense.

La gobernanza en México sigue mejorando, de acuerdo con el citado organismo, especialmente en lo relativo a la eficacia del gobierno (0.21) y la calidad regulatoria (0.40). El país está por encima de los promedios de América Latina y el Caribe en ambos indicadores (-0.17 y -0.05, respectivamente), pero por debajo de los países de la OCDE (1.3 y 1.28, respectivamente).

Sin embargo, en cuanto a la participación y rendición de cuentas (-0.13), así como a la estabilidad política (-0.87), México está por debajo de los promedios latinoamericanos (0.18 y -0.09, respectivamente) y de la OCDE (1.12 y 0.64, respectivamente).

La Cepal sostiene que, en el caso mexicano, la confianza en las instituciones públicas ha disminuido en la última década. En 2015, 28 por ciento de la población expresó confianza en el gobierno nacional y 32 por ciento en el sistema judicial y los tribunales. Aun así, México se sitúa por debajo de los promedios latinoamericanos (29 y 34 por ciento, respectivamente) y de la OCDE (37 y 49). Además, la percepción de la corrupción registró un aumento de 8 puntos porcentuales entre 2006 (75 por ciento) y 2016 (83 por ciento), lo que sitúa al país por encima del promedio de América Latina y el Caribe (79 por ciento) y del de la OCDE (65 por ciento).

Varios factores subjetivos, apunta el organismo especializado de la ONU, afectan la calidad de vida de los ciudadanos y a su bienestar individual. México avanzó en cuanto a la satisfacción de los ciudadanos con los servicios públicos entre 2010 y 2015. En el último año, 58 por ciento de la población dijo estar satisfecha o muy satisfecha con la educación pública y 46 por ciento expresó lo mismo respecto a los hospitales públicos. En este aspecto, México supera los promedios latinoamericanos (54 y 41 por ciento, respectivamente). Durante la pasada década, una cuarta parte de la población se mantuvo en la clase media (individuos con ingresos diarios per cápita de 10-50 dólares, medido de acuerdo con la paridad del poder adquisitivo). Esto indica que México se ha mantenido relativamente estancado en cuanto a mejoras de las condiciones materiales del bienestar (es decir, ingresos) y a la movilidad social.

Por otro lado, la Cepal señala que México tiene varias iniciativas para promover la participación ciudadana en la planeación y la gestión de los asuntos públicos. El gobierno tiene una política nacional de datos abiertos y está elaborando una plataforma digital nacional que pretende reunir información de al menos ocho sistemas públicos para fortalecer la lucha contra la corrupción. México podría alcanzar una cultura de integridad más sólida incorporando las políticas anticorrupción al Plan Nacional de Desarrollo.

También considera la plataforma en línea Gob.mx, que dice, promueve la innovación, impulsa la eficiencia y transforma los procesos en el gobierno; proyecta dotar a los ciudadanos de un gobierno integrado, accesible y moderno. El Sistema Nacional de Transparencia.

Las rebanadas del pastel

El dólar cerró semana financiera hasta en 21.05 pesos (CI Banco), un aumento 57 centavos, es decir de 2.8 por ciento, respecto del viernes pasado.

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