Sin pensión, la cuarta parte de los mayores de 65 años
Viernes 8 de junio de 2018, p. 18
La protección social es fragmentada y desigual en cuanto al acceso y calidad de los beneficios que brindan los programas que la conforman, advirtió el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Como ejemplo, en 2016 casi 26 por ciento de las personas mayores de 65 años no tenía algún tipo de pensión o programa de apoyo económico.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, en ese mismo año un adulto mayor con pensión contributiva recibía 5 mil 564 pesos en promedio al mes, mientras que un adulto mayor beneficiario de programas de apoyo no contributivos recibía 536 pesos en promedio, lo cual refleja la fragmentación y diferenciación en la cobertura y beneficios del sistema de protección social.
La Evaluación Estratégica de Protección Social 2018, dada a conocer ayer, refiere que la falta de acceso a la seguridad social aún es el derecho social del que más carece la población, ya que con base en datos de 2016, 55.8 por ciento de la población (68.4 millones de personas) no tenía acceso a la seguridad social.
Ante ello se debe buscar un esquema de protección social universal que ayude a reducir las brechas más urgentes y promueva una mayor igualdad para toda la población.
La protección social debe preservar la seguridad económica de las personas y de sus hogares ante el desempleo, la enfermedad, la invalidez, la muerte y la vejez
, señala.
La presencia de eventos coyunturales puede aumentar la pobreza, así como profundizar los niveles de quienes ya están en esa situación e imponer mayores obstáculos a los hogares pobres para salir de esa condición. Entre los hallazgos reportados está que, comparada con hace 20 años, la protección social hoy es más amplia, debido a la mayor cobertura de programas sociales, en especial de aquellos dirigidos a la población con menos recursos.
La fragmentación se debe a que las políticas de desarrollo social no están asociadas a derechos, no se beneficia a toda la población y el nivel de acceso y calidad de los programas es desigual en términos horizontales, ya que se entregan beneficios diferentes a individuos con riesgos similares.
En cuanto a los servicios de salud, indica que el paquete de beneficios entre las instituciones de salud es diferenciado en términos de contenido y extensión, en detrimento de quienes carecen de acceso a una institución de seguridad social. Las condiciones actuales del sector obstaculizan la cobertura universal y dificultan la utilización de los servicios por parte de la población, en particular de los más vulnerables.