Villahermosa, Tab.

Georgina Gina Trujillo Zentella, candidata del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la gubernatura, confía en que el “voto oculto del tricolor” la catapulte al triunfo, pese al efecto López Obrador, que va en ascenso.

No toman en cuenta que hay un voto oculto del PRI, que no se dice, porque en este momento para los tabasqueños es casi una cuestión de honor decir que van a votar por el paisano, y el que no, mejor no lo dice, so pena de ser casi linchado, argumenta.

Ante las encuestas que colocan al candidato de Morena, Adán Augusto López Hernández, en una posición aparentemente inalcanzable, la candidata priísta no se arredra y dice tomar los sondeos con reservas.

No me preocupo de más por las encuestas, porque reflejan una parte de la realidad, pero no podemos extrapolar la opinión de mil 500 o 2 mil tabasqueños a más de un millón 700 mil registrados en el padrón electoral.

Trujillo sostiene que su campaña va en línea francamente ascendente, y si apretamos el paso, llegaremos al final con un reacomodo en las preferencias que nos permitirá dar la sorpresa.

Trujillo Zentella es licenciada en administración, egresada de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco; ha sido senadora, diputada federal y local, alcaldesa de Villahermosa, capital del estado, y subsecretaria en el gobierno federal.

En entrevista, indica que ser mandataria es un anhelo desde el inicio de su carrera política; de lograrlo, refiere, transformará Tabasco, que le duele porque no hay un indicador que demuestre que está mejor en materia social y de crecimiento económico. Desafortunadamente, en lugar de evolucionar ha involucionado, destaca.

Entre lo perdido menciona el frigorífico más moderno de toda América Latina que Tabasco tenía en la década de 1970. Tras el cierre de estas instalaciones actualmente se sacrifican las reses como se hacía en el siglo antepasado (atando al animal un tronco). Este caso, apunta, refleja el retroceso que ha tenido la entidad.

En cuanto a la inseguridad, refiere que se han generalizado delitos que antes eran poco frecuentes en el estado, como el secuestro, que se limitaba a personas de alto poder adquisitivo. Parece que se democratizó: ya andan secuestrando niñitos en comunidades rurales para pedir rescate y luego terminan matándolos. Eso no se veía en Tabasco.

–Tiene dos retos: uno, que esta es la tierra de Andrés Manuel, y el llamado efecto López Obrador. ¿Cómo revertirlos?

–He pedido a la gente que evalúe a los candidatos al gobierno estatal más allá de su intención de voto por un paisano.

Estima que hay inteligencia en el electorado tabasqueño, porque el fenómeno del voto cruzado se dio en 2012, cuando Andrés Manuel perdió la Presidencia.

–¿Qué hará para que los ciudadanos tabasqueños tengan otra vez confianza en el PRI?

–Les pido que confíen en mí, porque finalmente quien va a gobernar es Gina Trujillo, no el PRI. Al final, todos los candidatos vamos a responder por nosotros mismos; el partido no va a responder por nuestro desempeño.

Asegura que a los tabasqueños les gustan dos frases de su campaña: Yo no soy más de lo mismo y pondré orden en Tabasco.

Soy una política atípica en muchos sentidos, porque siempre digo lo que pienso y asumo el riesgo de que el elector no esté de acuerdo conmigo o no se sienta identificado. No suelo prometer lo que no puedo cumplir. Quiero ganar sin engañar a la gente.

El proyecto de gobierno de Trujillo consta de ocho ejes: seguridad, justicia y cero impunidad; reactivación económica para generar empleo; salud y bienestar social; protección de la mujer y su incorporación al desarrollo; oportunidades para los jóvenes; educación para el futuro; protección del agua y medio ambiente, y gobierno honesto y transparente.