Serán sus cuartos Juegos Centroamericanos y del Caribe y los últimos, asegura Liliana Ibáñez, nadadora que se prepara para Barranquilla con la firme intención de ganar ocho metales, en lo individual y con los relevos.

La guanajuatense no habla con presunción, sino a partir de su experiencia en las pruebas de velocidad y ser la dominado- ra de los 50 y 100 metros libre con récords absolutos mexicanos.

Junto con la dorsista María Fernanda González, son las únicas dos nadadoras con participaciones olímpicas en Londres 2012 y Río de Janeiro 2016, por lo que, en el particular caso de Liliana, en Tokio 2020 concluirá su carrera deportiva a la que suman Mundiales.

A un mes de la justa colombiana, Ibáñez, de 27 años, quien llegó ayer a la capital procedente de Houston, donde radica y estudia en la Universidad de Texas, consideró que 95 por ciento de la selección (de natación) entrena en Estados Unidos y como equipo no hay ninguno mejor (que el mexicano) en Centroamericanos.

Sin nervios ni miedo

En lo personal, señala la celayense, “uno siempre está con el compromiso de lograr mejores resultados y en esta ocasión ya no es de nervios ni miedo, sino disfrutar lo que haces.

La medalla se va a dar si nadas bien y yo quiero ocho, el color es lo de menos, tampoco debo pensar en mis rivales, aunque hay una colombiana, que es mi amiga Isabella Arcila, a la que saqué de Dallas para que se fuera a entrenar conmigo y le está yendo mejor (en los Juegos Sudamericanos de Cochabamba). Es medallista centroamericana en 50 libres y seleccionada olímpica. En la alberca somos rivales y fuera de ella nos vamos a tomar un café , comenta Ibáñez.

Sobre la integración del representativo nacional, Liliana comentó que se ha conformado uno de los mejores. “Es una delegación de transición en la que vamos muchos que ya no estaremos en cuatro años, que están en su apogeo y tienen la experiencia del mundo y eso nos va ayudar muchísimo a ganar.

En la natación a poner la mano primero en el toque; en el futbol a meter más goles; el taekwondo a patear más duro. En cada deporte tenemos gente consagrada; son Centroamericanos y la presión no es tan grande como cuando se va a Juegos Olímpicos.

Liliana pasará unos días con su familia y luego competirá en el Grand Prix de Santa Cla- ra en el cierre de su preparación a la justa colombiana