Se calcula que en México 70 por ciento de los cuerpos de agua superficiales tiene un grado de contaminación alta que pone en riesgo los ecosistemas acuáticos, particularmente los que se encuentran en el centro del país, señaló a La Jornada el doctor Omar Arellano Aguilar, profesor investigador de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México.

En entrevista durante la inauguración de los Conversatorios Por la Soberanía del Agua, organizado, entre otras instancias por el grupo Tequio y la Secretaría de Cultura de Ciudad de la Ciudad de México, señaló que se debe actualizar la norma oficial mexicana que controla y previene la contaminación del líquidoy además consideró que dada la situación el próximo gobierno federal debe poner énfasis en el tema para emprender programas de tratamiento del agua.

Dijo que sobre todo en los ríos o cuerpos de agua superficiales del centro del país existe una importante contaminación química, algunos de los casos más graves están causando problemas epidemiológicos en las comunidades que viven cerca de los cauces. Estamos hablando de los ríos Atoyac, Santiago, Lerma, Tula y Coatzacoalcos.

Expuso que en este sexenio y parte del anterior, no se ha atendido el problema. La NOM 001 de la Semarnat, que regula las descargas de tipo municipal e industrial, no ha sido modificada desde 1996. Tenemos una norma ambiental obsoleta.

Comentó que en 2004 se hizo descentralización en el tema del agua. Los municipios quedaron encargados del alcantarillado y tratamiento aguas residuales, y desafortunadamente esto generó un problema, porque las plantas de tratamiento representan un costo, y este costo muchas veces no lo pueden pagar. Entonces las plantas no están funcionando y no están controlando la contaminación.

Comentó que otro aspecto que abona al problema es el desarrollo industrial. Se han instalado industrias trasnacionales que están orientadas a la exportación, por ejemplo la automovilística. Esta industrialización en el centro de la nación ha generado que la carga de contaminantes sea tan alta, que los ríos son rebasados en su capacidad de asimilación o en la potencial dilución de los contaminantes.

A esto se suma el desarrollo de grandes urbes y la agroindustria que desecha gran cantidad de insecticidas, plaguicidas y fertilizantes que terminan en los cuerpos de agua cercanos.

Desglosó que entre los contaminantes presentes en los ríos están metales pesados, como “cromo, cadmio, plomo, mercurio y zinc.

Estudios del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua reportan hasta mil sustancias químicas disueltas en ríos: compuestos orgánicos persistentes, como el lindano, endosulfán y metil paratión, utilizados en agricultura. Otros volátiles, como tolueno, hexano y hexaclorobenceno, de las industrias textiles, farmacéuticas y automotores. Hidrocarburos aromáticos policíclicos, de la industria de hidrocarburos; no sólo gasolina, aceites y plastificantes, también volátiles, como el benceno y tintas de la industria textil que tornan de diferentes colores los cuerpos de agua, y eso afecta la fotosíntesis de plantas acuáticas y microorganismos.

Acotó que también hay disrruptores hormonales y presencia de antibióticos provenientes de hospitales y de la industria farmacéutica que generan bacterias super resistentes.