Los duetos de Alain Derbez
ste 25 de mayo inicia la 36 Feria del Libro de Tijuana y ahí Alain Derbez presentará dos libros: Antes muerto, su más reciente novela, y La vida y no sus lamentos, que cautiva desde el título, y que es la historia de Carmen Muñohierro y José Pareja, exiliados de la Guerra Civil Española, narrada por ellos mismos.
Pero en esta misma feria el maestro Derbez aprovechará (como normalmente lo hace) para ofrecer una de sus múltiples propuestas musicales, Hemos de recorrer el tiempo, un dueto con Iraida que se presentó hace dos años en el Festival Internacional Cervantino y que se repitió poco después en el Centro Cultural de España.
“Lo hacemos con base en un texto mío –comenta Alain–, canciones de los dos y algunas versiones de boleros desde el jazz y rolas de rock, de Eurythmics y de Buffalo Springfield.”
Le menciono sorprendido que Iraida no había nacido cuando se desintegraba Buffalo Springfield, y él añade: La información que tiene Iraida en cuanto a música es muy amplia; con ella lo mismo puedes hacer un bolero muy bien interpretado que un blues de lo más desgarrado. Es otro tipo de propuesta, además ella se despega mucho más como tecladista y con el juego de voces que hace con sus efectos; yo llevo el armonio, el saxofón, el acordeón; hacemos otro tipo de texturas, otro tipo de colores.
Alain Derbez es un estupendo poeta, un buen escritor y un músico que ha depurado ostensiblemente su técnica instrumental en el sax y, por tanto, el discurso musical en su conjunto. Nunca faltará quien difiera de estos pareceres, por supuesto, pero habrá que recordar que las discrepancias son consustanciales al jazz, desde siempre.
Aunque dentro de sus controversiales andares en la música, lo que absolutamente nadie puede regatearle a Derbez es el buen pulso para elegir a sus cómplices en el escenario. Apenas hace unos días se presentó con bastante éxito en Las Musas de Papá Sibarita, a dueto con el guitarrista Todd Clouser, en un recorrido por los universos compartidos de Bob Dylan y Leonard Cohen.
“Fue muy padre –apunta Derbez–, en el público había cuatro generaciones. Había gente grande, que seguramente oyó a Dylan y a Cohen cuando era joven; había posteriores generaciones de jóvenes y menos jóvenes y chavitos; además, con el tratamiento que hicimos con acordeón, guitarra y voces, fue un poco más jazzeado el asunto. Hice un guion y funcionó como si fuera un programa de radio, en el que leímos poemas de ambos y otros textos que han escrito Saramago o Marcela Campos sobre Cohen.
Me imagino que los puntos de enlace entre Todd y tú se dan ante todo en el quehacer poético, desde que se juntaron con Aullido, de Allen Ginsberg. ¿Cómo nace este dueto?
Yo le propuse esto de Dylan y Cohen, pero desde hace dos años él me invitó a un homenaje a Bob Dylan, que tocamos con Maya Burns y con Belafonte en el Foro del Tejedor. Llevamos trabajando juntos ya un buen rato, con lo de Ginsberg, y con otros textos de la generación beat. De hecho, el propósito es que en algún momento de este otoño, como nos vamos a encontrar ambos en Bulgaria y Hungría, volvamos a hacer algo con esto de Dylan y Cohen.
En los inasibles terrenos del free jazz, no podía haber encontrado mejor complicidad que la de Ana Ruiz, una de las más grandes pianistas que ha engendrado este país, de técnica impecable y de exuberante y desbordada imaginación. Todavía recordamos con emoción (y gratitud, por supuesto) esas efímeras catedrales sonoras al lado de Henry West y Robert Mann.
Ana y yo grabamos hace un par de años un concierto que dimos en la biblioteca Vasconcelos y, con base en eso, que además era un congreso sobre improvisación, se hizo una grabación que vamos a sacar en disco. También trabajamos mucho a trío con Luis Miguel Costero.
El primer dueto que le escuchamos a Alain fue con el guitarrista Manuel Viterbo, pero el exceso de trabajo de este último no les ha permitido reintegrar esas andanzas... no es cierto, el primer dueto que le escuchamos fue con Jaime López, Rolas y rollos de Miss Oginia, pero ésa es harina de otro pastel. Salud.