Debe realizarse la evaluación: Graue
Sábado 19 de mayo de 2018, p. 30
El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Enrique Graue Wiechers, afirmó ayer que enseñar en forma deficiente, o no mejorar la enseñanza, significa profundizar las brechas de desigualdad entre los marginados y los favorecidos, entre las regiones rurales y las zonas urbanas, y también entre los países.
Y si la evaluación no se realiza, o se hace de manera inadecuada, implica negarnos a mejorar, a lograr la calidad deseada y a que la educación sea el gran igualador social, planteó en la presentación del Informe sobre el Desarrollo Mundial Aprender para hacer realidad la promesa de educación
, del Banco Mundial.
La finalidad de educar es que los jóvenes aprendan, tenemos que evaluar constantemente ese aprendizaje a lo largo del país, porque es la única forma en que la educación sea el gran igualador social, que la calidad sea la misma en distintas zonas y estratos sociales para permitir el avance de nuestra juventud y de la nación
, dijo.
El rector dijo que el informe parte de la premisa de que educar no es lo mismo que aprender. El documento, añadió, es un diagnóstico completo sobre los problemas en el área a nivel global, y traza una ruta para disminuir las brechas; sugiere mejorar los indicadores para evaluar el aprendizaje, medir la eficacia de las políticas educativas y coordinar los esfuerzos de todos los actores involucrados.
En el auditorio Jesús Silva Herzog del posgrado de la Facultad de Economía, Pablo Saavedra, director para México del Banco Mundial, coincidió en que la educación se vincula con la productividad, el crecimiento a mediano y largo plazos, así como a la movilidad social.
Rafael de Hoyos y Jaime Saavedra, integrantes del Banco Mundial y coautores del informe, insistieron en que a nivel global hay una crisis de aprendizaje. Mientras en naciones como Japón 98 por ciento de los niños que termina la primaria tiene los aprendizajes esperados, en México apenas la mitad comprende textos y tiene las habilidades matemáticas requeridas.
En América Latina los jóvenes con menores habilidades acceden a los empleos más precarios que terminan por abandonar. Así, uno de cada cinco forma parte de los llamados ninis, los que ni estudian ni trabajan.