La condición económica determina los grados de acceso a la formación, admite
Martes 15 de mayo de 2018, p. 16
La gratuidad no es suficiente para garantizar el acceso a la educación. Se debe buscar que toda la población pueda solventar costos extras, como transporte, comidas y actividades adicionales a las curriculares, señala el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en el contexto del debate sobre la reforma educativa y la celebración del Día del Maestro.
Tan sólo en 2016, alrededor de un millón de niños y adolescentes que viven en hogares con ingresos por debajo de la línea de bienestar mínimo no asistieron a la escuela, se indica en una síntesis del Informe de evaluación de la política de desarrollo social 2018, divulgada ayer. El documento refiere que la condición económica determina las diferencias para acceder a la educación.
Baja rezago educativo
El rezago educativo disminuyó de 2008 a 2016, al pasar de 21.9 por ciento del total de la población a 17.4, es decir, hace dos años aún había 21.3 millones de mexicanos con esa carencia. Persisten dificultades económicas y condiciones que generan diferencias en las oportunidades de educación de la población
, afirma el Coneval.
En relación con el gasto público destinado a este derecho social, señala que en 2016 el gobierno federal otorgaba 4.3 por ciento del PIB. De ese monto, 56.4 por ciento se destinó educación básica, seguida del nivel superior, con 23.2 por ciento; a media superior, 12.3, y 8.1 por ciento a otros rubros.
La combinación de infraestructura insuficiente junto con las condiciones de desventaja económica de los estudiantes, agrega, tendrá efectos negativos en el aprovechamiento escolar. Por ejemplo, había 1.3 millones de niños a los que tomaba mucho tiempo el traslado a la escuela, lo cual es un riesgo para abandonarla.
El documento señala también que los niveles de educación de la población indígena son menores: 50.3 por ciento contaba, como máximo, primaria completa en 2016, condición que en sí misma se convierte en obstáculo para acceder a mejores oportunidades laborales.
En ese año se observó que había 444 mil niños indígenas con rezago educativo y 544 mil que no asistían a la escuela. En relación con los espacios educativos, en el ciclo escolar 2014-2015 más de 21 por ciento de los grupos de alumnos de cuarto a sexto de primaria carecían de mobiliario para sentarse y de materiales para escribir.
El Coneval identificó que los materiales didácticos son escasos en los salones de clases de las primarias y casi inexistentes para la atención a alumnos con alguna discapacidad o de lengua indígena. Del total, 15 por ciento recibían clases en construcciones sin materiales duraderos, 70 por ciento no tenía servicios básicos y 20 carecía de mobiliario elemental.
Menciona asimismo que se debe explorar si el deterioro de la calidad de la educación media y superior, el desfase entre la oferta y la demanda de competencias profesionales, la falta de valoración de las competencias adquiridas o la ausencia de empleos de buena calidad pueden explicar el desempleo, el subempleo, los bajos salarios y la escasa participación de los jóvenes con mayores niveles educativos en el mercado laboral.