¿Qué sucedería si Philip Glass no hubiera invitado a los músicos wixárika a tocar en el Palacio de Bellas Artes? ¿Quién lo hubiera hecho?, preguntó el antropólogo y escritor Víctor Sánchez, amigo del pianista y compositor estadunidense que continúa celebrando sus ocho décadas de vida.

De no ser por Philip Glass, la música espiritual de los wixárika no hubiera entrado al máximo recinto cultural del país.

Junto con el estreno en México de la sinfonía Tolteca, de Glass, esa expresión cultural será el centro de los conciertos que se desarrollarán en la sala principal del Palacio de Bellas Artes los días 11 y 13 de este mes.

También amigo de esa comunidad indígena, Sánchez expresa a La Jornada que éste es un momento de reflexión para nosotros los mexicanos.

Durante la conferencia de prensa efectuada ayer para anunciar los recitales que el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) organizó en homenaje a Philip Glass, el pianista dijo que desde muy joven le interesó la música indígena del mundo. En México había escuchado las composiciones que se tocan en las salas de concierto, pero quería conocer la música que viene del alma y del corazón. Por fin, hace poco, tuve la suerte de encontrar a las personas correctas para poder hacer música juntos.

Añadió: Siempre es muy enriquecedor, tanto para quien escucha como para quien toca. Pero no siento que se trate de unificar la música en una sola cultura, sino de enriquecer la de todos, como si fuéramos los diferentes hijos de una misma familia, y no todos iguales, ¡sería muy aburrido! Eso es literalmente lo que somos: hijos distintos de una sola familia, insistió.

El público de todo el mundo está deseoso de escuchar esta música indígena, para romper barreras y unirse.

Tocarán Daniel Medina de la Rosa y Erasmo Medina Medina

Este viernes (20 horas) y el domingo (12:15 horas) se interpretará un programa que incluye Days and Nights in Rocinha; la composición Hikuri, original de Daniel Medina de la Rosa, con arreglos y acompañamiento al piano de Glass; seguida por el estreno en México de la Sinfonía número 7 Tolteca, a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional, con Michael Riesman como director huésped.

En el recital participarán Daniel Medina de la Rosa (raweri, violín wixárika) y Erasmo Medina Medina (kanari, guitarra wixárika); así como el Coro de Madrigalistas y Solistas Ensamble.

Mañana, como una continuación de las celebraciones por los 80 años del nacimiento del pianista, se efectuará el concierto De estreno a los 80, con la participación de Philip Glass (1937), el actor Diego Luna, la cantante Olivia Gorra, el músico James Demster y el Cuarteto Latinoamericano.

Dividido en dos partes, este recital incluye Metamorfosis 2, 3 y 4, y Estudio número 2, a cargo de Glass, inspirados en Franz Kafka. Además, Songs from liquid days, seguido de la interpretación en el piano de Wichita vortex sutra, con la lectura de Diego Luna, de un texto del autor beatnik Allen Ginsberg. Concluirá con Estudio número 10.

Durante la conferencia en que se anunciaron los recitales en el Palacio de Bellas Artes, los músicos wixaritari fueron relegados en una orilla del presidium.

Philip siempre trata de que los músicos wixárika tengan un lugar

En representación de los wixárika, Víctor Sánchez dijo que trata de que ellos tengan un lugar. “Philip se los da siempre. Tiene una amistad con ellos, también tiene una humildad como persona. Sin embargo, en el nivel de instituciones, medios y organizadores, muchas veces los dejan un poco a un lado.

Antes tengo que ver qué lugar ocupan, si se les da el espacio. En cierto modo son los estelares de este concierto (en homenaje por los 80 años de Glass).

Fue el mismo Glass quien dio la palabra a Sánchez para hablar sobre el nacimiento del proyecto. Para el antropólogo, la presencia de la música indígena en Bellas Artes es un triunfo del espíritu, de la cultura mexicana, que te lleva a preguntar por qué tanto tiempo. Hemos tenido muchas expresiones de la cultura popular, sin embargo qué pasa con esta cultura profunda, que casi parece callada porque se encuentra en las remotas regiones de nuestro país y probablemente refleja su parte más noble. Por eso estamos contentos de que haya llegado.

La música que Glass tocará con los wixárika es una representación de esta impresión profunda que la música de los indígenas de México hizo en Philip, a la vez que nos invita a preguntarnos si acaso nos ha faltado poner más atención. Este es el momento de hacerlo.