En la presentación del libro Memoria de un corazón ausente: historias de vida, Dawid Bartelt, director de la oficina para México y El Caribe de la Fundación Heinrich Böll, dijo en el Senado que el tema de desaparición es terrible, con impacto sobre el presente y el futuro de la sociedad.

Es inaceptable, abundó al comentar el texto que recopila la historia de 12 casos de personas desaparecidas en Coahuila, que en un país que se supone es democrático y no está en guerra, existan más de 35 mil desaparecidos en los pasados 10 años.

Estas no muertes que significan las desapariciones son las peores, porque no permiten a los familiares empezar el proceso de duelo; los castiga doble vez porque no las deja encontrar la paz, subrayó.

Jorge Verástegui González, coordinador de la publicación, comentó que la Ley General de Desaparición Forzada de Personas y Desaparición por Particulares no es la mejor, pero representa un avance en el proceso de búsqueda de ciudadanos ausentes.

Verástegui hizo referencia a un cambio de narrativa en el libro, que busca “recuperar la historia de vida de las personas desaparecidas en voz de mujeres, 12 mujeres, madres, hijas, hermanas, que de pronto vieron el nombre de sus familiares en un cartel con la palabra desaparecido.

“Dicen las autoridades que estamos en el momento, en el lugar equivocado… y dadas las circunstancias, creo que México es un lugar y un momento equivocado, porque cualquier persona puede ser víctima de ese delito”, aseveró, luego de describir el proceso de recopilación de las historias.

El objetivo de la narrativa del texto, explicó, es hablar no de guerra ni dolor, sino de vida, de esperanza, que se cuenten estas historias y que se conozca a la persona por lo que ha sido, por los sueños, las esperanzas que tenía, y no porque es un caso más de los 35 mil desaparecidos que se tienen registrados; no por ser una estadística.

La senadora del PRD y presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Angélica de la Peña Gómez, manifestó que lo que está detrás de las historias es la ineficiencia de los sistemas de administración y procuración de justicia.

Lo anterior, dijo, nos llevó a escuchar desde el Senado de la República las voces de las familias que nos exigieron una ley que tuviera preponderancia en la búsqueda, no solamente en la investigación.

Garantizar la aplicación de la Ley General de Desaparición Forzada de Personas y Desaparición por Particulares es responsabilidad del gobierno mexicano, y nosotros debemos exigir que se cumpla, subrayó.