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Hay una brecha negativa de apoyo exterior, pues no se consideró incentivarlo

Las reformas hacendaria y financiera limitaron ahorro interno, revela estudio
 
Periódico La Jornada
Martes 8 de mayo de 2018, p. 19

La reforma hacendaria de 2013 fue un factor que limitó la evolución del ahorro interno y la reforma financiera no consideró que debe promocionarse como precondición para lograr un aumento del crédito en la economía sin generar vulnerabilidades, consideró la Fundación de Estudios Financieros (Fundef), centro de investigación independiente con sede en el Instituto Tecnológico Autónomo de México, que hace análisis sobre el sistema financiero.

En su estudio Importancia de diseñar políticas públicas para fomentar el ahorro en México, dado a conocer ayer, explicó que debido a que no hubo incentivos de éste y sí al financiamiento, se ha tenido una brecha negativa de financiamiento con el exterior los pasados seis años.

Señaló que la baja cuota de aportación a las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore) en México es uno de los factores que afectan el nivel de pensión esperado y un bajo ritmo de crecimiento del ahorro interno.

Por ello es muy importante generar políticas públicas que ayuden a romper con la inercia de evolución del ahorro.

Advirtió que en caso de no adoptar una agenda de promoción al ahorro interno, se estaría acentuando una vulnerabilidad que hoy ya tiene el sistema por el alto ahorro proveniente del exterior. La consecuencia de no tener financiamiento exterior puede ser imponer una restricción a la oferta de crédito en México.

Los especialistas del Fundef aseguraron que el objetivo de la reforma hacendaria fue conseguir más recursos para el sector público. Dado el intento fallido del gobierno de hacer una reforma ciscal correcta, es decir, gravar con IVA alimentos y medicinas, se adoptó una estrategia que aumenta los gravámenes a los contribuyentes cautivos.

En materia de ahorro, en lugar de proponer un esquema de incentivos para que éste aumente su ritmo de crecimiento se buscó mantener impuestos y, en algunos aspectos, endurecer la política fiscal a contribuyentes y personas físicas y morales.

Un primer punto relevante es que se mantuvo la retención de impuesto sobre la renta a los intereses. El problema es que la tasa efectiva implícita de la retención es elevada. Si bien existe la opción de compensación con el impuesto anual, el problema es que proporcionalmente son pocas las personas que presentan declaración del ejercicio y que tienen el beneficio de un menor pago de impuestos al final del año.

Un segundo punto es que en la primera ronda de la reforma se dio trato desfavorable a las deducciones personales: gastos médicos, intereses reales de hipotecas y el componente de ahorro para el retiro, entre otros. Éstos y otros conceptos fueron sujetos a un tope legal estricto.

Es claro que esas y otras modificaciones de la reforma hacendaria fueron un incentivo negativo para el ahorro. Es decir, se definieron las condiciones para una falta de impulso al crecimiento del ahorro interno.

En Fundef se identificó que el tema del ahorro es el gran ausente en la reforma financiera, en cuanto a objetivos y modificaciones relevantes en las leyes.

La reforma financiera ignoró que debe existir promoción al ahorro como precondición para lograr un aumento significativo del crédito.

En las modificaciones a la Ley de Instituciones de Crédito se puede identificar que sólo hay dos componentes que afectan al ahorro en su sentido más amplio. El primero es el relativo al esquema de quiebras bancarias. La justificación de esta regulación se limita a argumentos de protección al beneficiario más que de promoción del ahorro.

El segundo es facilitar la portabilidad de cuentas. Esta modificación permite fomentar la competencia en el mercado de ahorro, pero no se prevé un impacto de aumento en esta variable.