Estuvo cerca pero la salvó. El kazajo Gennady Golovkin no desperdició la preparación que invirtió los últimos meses y rescató la pelea del 5 de mayo, en la que noqueó en sólo dos episodios al armenio Vanes Martirosyan en Carson, California.

Después de la declinación de Saúl Canelo Álvarez por el positivo en clembuterol que arrojó en un par de pruebas antidopaje, sobrevino un periodo de altibajos en los que por momentos la pelea parecía irrealizable, sin un rival sino hasta unas semanas antes, Golovkin admitió que había estado en riesgo de quedarse parado.

Ahora la pelea más esperada entre el kazajo y Canelo puede ser retomada en las negociaciones, considera el presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Mauricio Sulaimán, quien celebró la entrega del cinturón conmemorativo del 5 de mayo.

“Todo queda calientito para retomar la pelea entre Gennady Golovkin y Saúl Canelo Álvarez”, asegura Sulaimán; los involucrados deberían retomar las negociaciones, está puesto para que puedan pelear en septiembre, que es lo que todos esperamos.

Golovkin declaró que no podía adelantar si en septiembre enfrentará a Canelo, pero que si el mexicano estaba listo, él también lo estaría.

En medio de los planes que ha adelantado Golden Boy, la empresa que promueve al Canelo, quien pelearía en septiembre y diciembre, según informaron, existe la oposición de la FIB, uno de los organismos cuyo título en peso medio ostenta Golovkin.

La FIB insiste en que Golovkin debe defender el título en agosto ante el retador oficial de ese organismo, Sergey Derevyanchenko, un ucraniano con sólo doce combates en su carrera.

Existe el tema de que la FIB está exigiendo que Golovkin debe defender ante un rival mandatorio de ese organismo, dijo Sulaimán.