#NoAlPeriodismoSicario
Cancelan programas a Alemán
En Tercer Grado, casi tersura
Polarización en medios y redes
uego de una noche, de jueves a viernes, de extraña condescendencia hacia Andrés Manuel López Obrador por parte de la mayoría de quienes integran la nueva etapa del programa televisivo denominado Tercer Grado, en una temperada sesión de preguntas y respuestas (casi amable, en comparación de otras), que a algunos pareció significar una especie de allanamiento de Televisa ante la alta viabilidad electoral del tabasqueño, este sábado se condensó de manera apabullante el rechazo a una persistente forma de ejercicio de opinión, en medios tradicionales y en redes sociales, mediante una etiqueta de Twitter que ganó primer lugar en las tendencias nacionales y llegó al tercer sitio mundial: #NoAlPeriodismoSicario.
La comparecencia de López Obrador ante los siete integrantes de la reconformada plantilla de Tercer Grado había generado natural morbo político, pues en anterior sesión (2012), con la misma marca del ramal entrevistador analítico y entrevistador de Televisa, la rispidez había sido un tono distintivo. Además, el candidato presidencial de Morena había sostenido el 21 de marzo del presente año una muy comentada entrevista colectiva en el canal de televisión de Milenio, con Héctor Aguilar Camín, Jesús Silva-Herzog Márquez, Juan Pablo Becerra Acosta, Carlos Puig y Azucena Uresti (luego moderadora en el primer debate oficial de candidatos, en el Instituto Nacional Electoral) como rigurosos interrogadores, y el director editorial del citado diario, Carlos Marín, como el más enjundioso, término éste que los seguidores de López Obrador prefirieron canjear por otros más sonoros y descalificadores (una celada
contra AMLO, llegaron a considerar tal entrevista que hasta ahora, inexplicadamente, no ha tenido continuidad con otros candidatos presidenciales). La imagen más descriptiva de ese encuentro fue la del propio Marín, en actitudes que gráficamente parecieron de enojo ante los dardos inquisitorios fallidos que había soltado.
La noche en que Televisa pareció volver a colocarse como soldado del poder (en este caso, de quien parece encaminado a alcanzar el poder este uno de julio), también tuvo su etiqueta descriptiva: #TelevisaApapachaAAMLO. Contra lo que se supondría, conforme a los antecedentes, la mayoría de los entrevistadores de Tercer Grado se manejaron con un razonable rigor en sus preguntas, pero sin contrapuntear ostentosamente al declarante ni tratar de sacarlo de un confort informativo que consumió buena parte del tiempo.
Denise Maerker, Joaquín López Dóriga y Carlos Loret de Mola, quienes, junto con el moderador, Leopoldo Gómez, formaron parte de la primera etapa de Tercer Grado, así como los nuevos participantes, Leo Zuckermann y Raymundo Rivapalacio (ambos, con programas en Foro Tv, de la propia Televisa) y René Delgado (del diario Reforma, opinante semanal en el matutino televisivo de Loret de Mola), podrían estar instaurando en la principal empresa de televisión abierta del país una etapa de sereno ejercicio periodístico, en busca de mostrar el talante del invitado, más que de los propios entrevistadores.
Desde luego, esta nueva etapa será plausible si ese mismo patrón de conducta periodística es observado con otros políticos y funcionarios y de manera permanente, y no sólo con un candidato presidencial que en 2006 y 2012 ha generado en la cúpula de Televisa el temor de que su concesión operativa pudiera ser revisada e incluso modificada o cancelada por un ocupante de Palacio Nacional deseoso de remodelar la relación de las grandes televisoras con el poder político.
Por otra parte, este sábado, Ricardo Alemán, columnista de Milenio y conductor hasta ayer de programas en distintas frecuencias televisivas, entre ellas, recientemente, la de Canal Once, tomó un recuadro gráfico de Internet y lo retuiteó con un agregado personal: Les hablan!!!
Pocas veces un par de palabras han provocado una reacción adversa de tal magnitud. El mencionado columnista fue masivamente criticado y refutado por mostrarse (o, mejor dicho, por confirmarse) como un permanente generador de opiniones insolentes e infundadas contra ciertos personajes políticos y ciertos movimientos políticos y sociales. Esta vez, alentando o jugueteando de manera irresponsable con lo difundido en un meme que adjudicaba a fanáticos de ciertas figuras públicas (John Lennon, Gianni Versace y Selena Quintanilla) el haberlas asesinado, preguntando a los chairos
(término despectivo utilizado para referirse a personas cargadas a la izquierda política), en ese meme, a ver a qué hora
harían algo parecido.
El ambiente político tan cargado, y la evidencia de que en ciertos medios de comunicación se especula respecto a los riesgos de un atentado contra Andrés Manuel López Obrador, detonó un rechazo a la siembra de odio desde posiciones de periodismo tradicional o de las redes sociales. La violencia política y la polarización social están siendo impulsadas desde espacios periodísticos (prensa impresa, radio y televisión) en que conductores y periodistas envenenan el suministro de información con la emisión de sus personales opiniones y preferencias. Abiertamente y, con frecuencia, de manera soez, se mantiene una diaria difusión de conceptos y consideraciones que llegan a terrenos ofensivos para quienes caen en las fobias de esos conductores y periodistas.
No se objeta aquí el ejercicio del género periodístico de opinión, expresamente anunciado como tal y claramente diferenciado de las noticias y los reportajes. Pero se llega a terrenos incluso delictivos cuando se realizan apologías del delito, en este caso al apoyar o promover la tentación del ataque homicida contra un candidato presidencial. Ayer, con la cancelación de los programas del antes mencionado columnista en Televisa y en Canal Once, sólo se cerró una parte de un expediente de ese periodismo
ofensor, pero quedan muchos casos y ejemplos más. Por ello, #NoAlPeriodismoSicario. ¡Hasta mañana!
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