Managua.

Las violentas protestas populares en esta capital y otras ciudades de Nicaragua continuaron este viernes por tercer día consecutivo, pese a la muerte de tres personas y decenas de heridos, en rechazo a la reforma de seguridad social impulsada por el gobierno del presidente Daniel Ortega, que busca aumentar la cuota patronal y laboral y crear una nueva cotización para los jubilados.

Miles de estudiantes, apoyados por la población, se enfrentaron contra la policía y levantaron barricadas de adoquines y latas en las cercanías de la Universidad de Ingeniería. Partidarios del gobierno agredieron a inconformes en las cercanías de la catedral de Managua, donde voluntarios recolectaban víveres para los alumnos en protesta y atendían heridos.

Otro grupo intentó prender fuego a uno de los llamados árboles de la vida, que simbolizan al gobierno. En otro puntos de la capital la policía dispersó las movilizaciones a tiros y con gas lacrimógeno.

En Las Colinas, sur de la capital, manifestantes levantaron pequeñas barricadas y con las manos en alto pidieron a los antimotines que no reprimieran. Las protestas se extendieron todo el día y a otros puntos del país, como en Chichigalpa, Matagalpa, Masaya, Carazo, entre otras.

Las señales de los canales 12, 14, 15, 23 y 51 fueron bloqueados desde el jueves, porque transmitieron las agitadas movilizaciones. De acuerdo con el Comité para la Protección de Periodistas, basado en Nueva York, al menos nueve comunicadores resultaron lesionados.

El Consejo Superior de la Empresa Privada expresó su apoyo a las movilizaciones y llamó a participar este lunes en una marcha en Managua.

La ola de protestas se inició el miércoles y ya dejó tres muertos por impactos de bala, dos escolares y un policía, informó la vicepresidenta y vocera del gobierno, Rosario Murillo, esposa de Ortega, quien comparó a los inconformes con vampiros reclamando sangre para nutrir su agenda política.

La policía reportó dos civiles y 27 policías heridos, pero la oposición contabilizó más de 45.

Las nuevas medidas establecen que el pago que realizan los trabajadores al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social pase de 6.25 a 7 por ciento a partir del primero de julio.