Por medio de un comic que publicó en redes sociales, el candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, sostuvo que se revisarán y respetarán los contratos ya firmados para el Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (NAICM), pero recalcó que las obras por las que fueron contratadas dichas empresas se realizarán ahora en la base aérea de Santa Lucía, donde propone construir una nueva terminal.

El comic, que lleva el título Un aeropuerto que no debe aterrizar, está ejemplificado con dibujos, gráficos y diálogos entre distintos personajes, entre ellos dos que asemejan a los candidatos José Antonio Meade y Ricardo Anaya, y los cuales coloca como defensores de la nueva terminal aérea.

En el documento se señala que las dos pistas que tiene actualmente el aeropuerto Benito Juárez de Ciudad de México, y una más de uso militar en la base de Santa Lucía, se tendrían que dejar de utilizar para no chocar con las rutas de despegue y aterrizaje de la nueva terminal.

Recalcó que las tres pistas que actualmente se utilizan tienen un valor en suma de 85 mil millones de pesos que se perderían, mientras que el proyecto que propone de mantener el actual aeropuerto y crear una nueva terminal en Santa Lucía, permitiría contar con cinco pistas en total.

En la historieta, un personaje caracterizado de trabajador de la construcción pregunta a otro qué sucederá con las obras que ya se realizaron y la generación de empleos. Otro personaje similar le responde: Ya sabes quién ha dicho que no habrá incertidumbre y habrá acuerdos con las partes involucradas.

En seguida, en el comic se recalca: Se van a revisar y respetar los contratos hasta ahora firmados, sólo que la obra se llevará a cabo en Santa Lucía.

En otro recuadro señala que la cimentación ya construida en Texcoco se utilizará para oficinas ligeras de dependencias de gobierno o de reserva ecológica, mientras que el ahorro se destinará a escuelas y hospitales.

Además, sostiene que el NAICM está en el lugar menos adecuado ya que se hunde de uno a dos metros por año, y afirma que es un negocio jugoso para alguien.

Entre las críticas que hace a las obras en marcha, afirma que la Secretaría de la Defensa Nacional, encargada de construir la barda perimetral, encareció 89 por ciento la obra y contrató al menos dos empresas fantasma.

Aunque reconoce que la actual terminal aérea ubicada dentro de la zona urbana de Ciudad de México está al límite de su capacidad tanto en la atención de pasaje como de carga, asegura que mantiene un estado óptimo y puede ser funcional si se aligera la cantidad de viajes destinados.