Milos Forman, cineasta checo, cuyas películas Atrapado sin salida y Amadeus recibieron un aluvión de premios de la Academia y le merecieron el Óscar por mejor director, falleció ayer en un hospital de Warren, Connecticut, a los 86 años, según un comunicado emitido por su ex agente Dennis Aspland, quien fue notificado por Martina, esposa del realizador.

Cuando llegó a Hollywood a fines de los años 60, Forman no tenía dinero y hablaba poco inglés, pero llevaba un portafolio de filmes checoslovacos admirados a escala internacional por su estilo peculiar y desenfadado, como Pedro, el negro; Los amores de una rubia, y ¡Al fuego, bomberos!

Huérfano de víctimas del Holocausto nazi, Forman abandonó su tierra natal luego de que militares comunistas la invadieron en 1968 y acabaron con un breve periodo de libertad política y artística conocido como la Primavera de Praga.

En Estados Unidos sus antecedentes fueron suficientes para darle entrada a los estudios de Hollywood, aunque sus primeros proyectos sugeridos fueron rechazados. Entre ellos estaban la adaptación de la novela América, de Franz Kafka, y una comedia protagonizada Jimmy Durante como adinerado cazador de osos en Checoslovaquia.

Periplo en Hollywood

Tras el decepcionante estreno de su primera cinta, en 1971, Taking Off (Búsqueda insaciable), Forman no tuvo oportunidad de dirigir otra película importante en cinco años. Parte de ese tiempo lo dedicó a cubrir el decatlón en los Juegos Olímpicos de 1972 para el documental Visions of Eight.

Taking Off, una mirada divertida a las cambiantes diferencias generacionales en Estados Unidos, recibió algunos elogios de los crítica, que comparó favorablemente la cinta con las películas checas de Forman, pero al no contar con ningún actor de renombre cayó rápidamente en la taquilla.

Michael Douglas le dio una segunda oportunidad cuando lo contrató para dirigir Atrapado sin salida, que el actor coprodujo.

La cinta, basada en una novela de Ken Kesey sobre un inadaptado que lidera a sus compañeros en un centro siquiátrico para revelarse contra la autoridad, triunfó en todas las categorías más importantes de los Óscares de 1976. Fue la primera en lograr esta hazaña desde Sucedió una noche, de 1934.

Además de conseguir el premio a la mejor película y dirección, Jack Nicholson fue galardonado como mejor actor; Louise Fletcher, mejor actriz, así como al guión de Bo Goldman y Lawrence Hauben.

No obstante, estrenó otro filme hasta 1979, Hair. El musical, sobre la juventud rebelde de Estados Unidos de los años 60, atrajo a un director que había vivido así su propia juventud contra la represión en Checoslovaquia, pero para cuando se estrenó, el breve periodo de revuelta estudiantil en ese país se había disipado y el público no estaba interesado en verlo.

Ragtime le siguió en 1981. La adaptación de la novela de E.L. Doctorow, notable por la capacidad de Forman de convencer a su envejecido vecino de Connecticut Jimmy Cagney a que pusiera fin a su retiro de 20 años para interpretar a un policía corrupto, también decepcionó.

Forman, sin embargo, regresó triunfante tres años después, con Amadeus. Basada en la obra de Peter Shaffer, el filme retrata al genio musical Wolfgang Amadeus Mozart como hombre grosero e infantil con el menos talentoso Salieri como su sombría némesis.

Amadeus ganó siete premios de la Academia, incluidos mejor película, dirección y de actor para F. Murray Abraham como Salieri. Mientras buscaba sitios de rodaje, Forman se dio cuenta de que Praga era la única capital europea que había cambiado poco desde la época de Mozart, pero al principio regresar lo llenó de temor.

Sus padres habían muerto en un campo de concentración nazi cuando él tenía nueve años. Estaba en París cuando la Primavera de Praga fue aplastada en 1968 y no había vuelto a casa; se hizo ciudadano estadunidense en 1975.

El gobierno de la entonces Checoslovaquia, al ver los beneficios económicos que generaría permitir que Amadeus se filmara en Praga, le permitió a Forman volver, y el público vitoreó su regreso.

La producción de Forman, que nunca fue de un cineasta prolífico, se redujo aún más después de Amadeus, y sus tres películas siguientes no tuvieron mucho éxito.

Valmont (1989) se estrenó un año después de Relaciones peligrosas, ambas basadas en la misma novela francesa.

Larry Flint: El nombre del escándalo, (1996) fue un intento desacertado por retratar al editor de la revista Hustler como defensor de la libertad de expresión.

Man on the Moon (El lunático, 1999) basada en la vida del héroe de culto Andy Kaufman, sí le mereció a su intérprete, Jim Carrey, un Globo de Oro. Pero no logró representar completamente el estilo pionero de Kaufman como comediante no convencional ni las razones de su éxito menospreciable a cada paso.