Unicef estima que 20 millones de niñas se habrán casado en la zona para 2030
Las menores indígenas, el sector más vulnerable; embarazos, principal causa de unión
En promedio, 25 por ciento de las latinoamericanas vive en pareja antes de cumplir 18 años
Sábado 14 de abril de 2018, p. 32
América Latina y el Caribe es la única región del planeta donde no disminuyen los matrimonios infantiles. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) alerta que de continuar esta tendencia, para el año 2030 cerca de 20 millones de niñas se habrán casado en la región.
Detener este fenómeno, advierte, es una labor de toda la sociedad, pues en promedio 25 por ciento de las mujeres latinoamericanas se casaron antes de cumplir 18 años, porcentaje que se ha mantenido sin cambios en la pasada década.
Se estima que en todo el mundo, 650 millones de mu-jeres y adolescentes se casa-ron cuando eran niñas, de las cuales una de cada 10 vive en América Latina, lo que nos ubica con la segunda tasa más elevada del mundo en uniones tem-pranas, sólo detrás de África subsahariana.
Por ello, Unicef, ONU Mujeres y el Fondo de Población de las Naciones Unidas lanzaron un plan de acciones tempranas para combatir este fenómeno. Entre las medidas propuestas se incluye: reformar y armonizar las leyes para establecer, sin excepciones, que la edad mínima para contraer matrimonio son los 18 años.
Las naciones de la región también deben realizar acciones conjuntas contra las bodas de menores, el embarazo prematuro y la violencia, con lo que se impulsa un paquete de servicios públicos
que atienda las causas y consecuencias de la unión infantil, lo que incluye prevención y cuidados de salud; acceso al sistema educativo y mantener en el aula a las menores embarazadas, así como protección de la infancia.
La oficina regional de Unicef destacó que es necesario impulsar el empoderamiento de las niñas
a través de medidas que permitan que conozcan sus derechos y participen en las estrategias de prevención, pero tam-bién sensibilizar a la sociedad sobre las consecuencias de una unión temprana. A lo que se suma la urgencia de mejorar la información sobre las uniones infantiles y coordinar la colaboración regional.
En América Latina y el Caribe, agrega Unicef, los casamientos de menores son más frecuentes entre niñas indígenas, aquellas que viven en áreas rurales y grupos de población de ingresos bajos y medios, en comparación con quienes residen en zonas urbanas y pertenecen a los quintiles más altos de ingreso.
De acuerdo con datos recabados por el organismo multinacional, las naciones con la tasa más elevada de bodas infantiles son: República Dominicana, Nicaragua, Brasil, Honduras, Guatemala, Cuba, Belice y Panamá, pero en general todos los países de la región mantienen tasas elevadas.
El organismo multinacional considera que entre las principales razones por las cuales no se ha logrado abatir la tasa de uniones tempranas en la región es por el alto porcentaje de embarazos adolescentes, que es la segunda más elevada del mundo, a lo que se suma la violencia sexual contra las niñas, pues 1.1 millones de adolescentes latinoamericanas reportaron haber sufrido abuso sexual.
La desigualdad de género que aún prevalece en nuestras naciones es otro de los factores que han incidido para favorecer la vida en pareja a temprana edad, así como la pobreza y los roles sociales que influyen en las creencias y decisiones de la población para considerar que el matrimonio infantil es aceptable, e incluso deseable, como elección de vida, advierte Unicef.
Agrega que también incide el que las legislaciones nacionales contemplen excepciones para el matrimonio antes de los 18 años, lo que incluye el consentimiento de padres o tutores.