Buenos Aires.

La comparecencia del ministro argentino de Finanzas, Luis Caputo, en el Congreso, citado por mantener cuentas offshore en el extranjero sin declarar, terminó en un escándalo después de que éste consideró que eso no es delito porque es semejante a tener una caja de seguridad, además de enviar un papelito a la diputada opositora Gabriela Cerruti con el mensaje: tengo dos hijas de 11 y 14 años. No seas tan mala, y una carita dibujada, lo que indignó a la legisladora y desató una verdadera tormenta, ante lo cual el funcionario abandonó el recinto.

Al tratar de justificar sus cuentas offshore y el constante endeudamiento del país, Caputo fue creando un clima de tensión y enojo que creció cuando sostuvo que este tipo de cuentas son jurisdicciones impositivamente neutras, y negó relación alguna con el fondo Noctua, al cual se le vinculó desde el exterior.

Respecto del reporte de la Comisión de Valores de Estados Unidos, que recientemente concluyó que el ministro figuraba como dueño de una offshore, dijo que es un reporte de una tenencia nominal. Yo era un tenedor fiduciario. No tengo que declararlo porque eso no me convierte en propietario. En cuanto al papel que envió a la diputada Cerruti, la mayoría estimó que Caputo actuó para terminar la sesión y así no contestar nada sobre la deuda externa –unos 200 mil millones tomados sólo en dos años– ni dar expliaciónes sobre cómo duplicó su patrimonio, que pasó de 55 millones y a 150 y eso es lo que no puede responder.

El diputado y ex ministro de Economía Axel Kicillof indicó que Caputo mintió abiertamente, y destacó la falta de respeto hacia el Poder Legislativo, que es común en el gobierno del presidente Mauricio Macri.

Recientemente el ministro de Energía, Juan Aranguren, ex gerente de Shell y asociado de la misma, a quien se responsabiliza de los constantes tarifazos, admitió en una entrevista que tiene 85 millones de dólares en el extranjero, pero no los va a traer hasta que tenga confianza en el país. Macri lo defendió, como a Caputo, y habló del sacrificio de ambos en favor de los argentinos, porque dejaron cargos que les dejaban grandes ganancias, lo que hizo estallar las redes sociales.

Todo esto sucede cuando ha comenzado una abierta rebelión no sólo en la población en general, que advierte que será imposible pagar las nuevas tarifas de la luz, gas y otros, y en varios municipios los vecinos han decidido no pagar y recurrir a la justicia. Harán lo mismo comerciantes e industriales para quienes ya es imposible continuar manteniendo abiertos sus comercios o sus fábricas.

En la plaza del Congreso, como en otros lugares de Buenos Aires y del país, comenzó a funcionar el trueque de ropa y otros productos por comida, como sucedió con la crisis de 2001. En Pergamino y otras ciudades se declaró la emergencia comercial, ante la imposibilidad de pagar las facturas. Cada vez hay más familias durmiendo en las calles, imposibilitadas de pagar las pensiones o los humildes cuatros que alquilan.