Sociedad y Justicia
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La oferta es pobre hasta para quien tiene posgrado: académicos

Los sueldos bajos de los jóvenes no permiten que piensen en matrimonio
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Hace 30 las familias sufrían porque los hijos de iban, hoy lo hacen porque no se vanFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Martes 3 de abril de 2018, p. 33

Los sueldos que perciben jóvenes que se emplean en grandes cadenas de comida rápida, de cines y lugares de entretenimiento, así como en un call center, en su mayoría son bajos, y sólo les alcanzan para cubrir sus pasajes, sus alimentos y algunas necesidades de estudio o de la casa de sus padres. Algunos, por jornadas de medio tiempo ganan mil 600 pesos, otros más afortunados perciben 3 mil 500 o un poco más, a la quincena por jornada completa.

Incluso la situación está difícil para los jóvenes profesionistas, hay quienes ganan poco menos de 10 mil pesos al mes, cantidad insuficiente para pensar en formar su propia familia.

Karina, de 18 años trabaja en un parque de diversiones, percibe 140 pesos al día, por una jornada de ocho horas. Esos casi 2 mil pesos a la quincena me alcanzan para poco, y eso que vivo en casa de mis padres; ya acabé la prepa, espero entrar a la universidad. En tanto, ya piensa en cambiar de trabajo, pues le han dicho que en algunas cadenas de cines pagan un poco mejor.

Historias que se repiten

Daniel, de 21 años, trabaja en una de esas cadenas de cine y gana 3 mil 500 a la quincena, tiene prestaciones de ley. Entró a trabajar con la intención de independizarse y apoyar a sus padres.

Antes estuvo en un supermercado como empacador, y en ese empleo me iba bien, las propinas eran buenas, ganaba cerca de 8 mil pesos, pero se acabó el trabajo. Ahora piensa en presentar el examen para ingresar a una universidad.

Hazzel ganaba mil 600 quincenales en un call center, mediante la figura de outsourcing y contaba con prestaciones de ley. Me metí porque era de medio tiempo y daban facilidad para quienes estudiábamos. Estudio para músico y considero que para lo que hacía deberían pagar más.

Jesús Uribe Prado, académico de la Facultad de Psicología de la UNAM y experto en sicología del trabajo, señaló en entrevista que la situación está muy difícil para este sector, tanto para los jóvenes que sólo laboran, como para los que estudian y trabajan e, incluso, para quienes han obtenido licenciaturas y posgrados. Sobre todo porque la oferta de empleo en relación con los aspirantes es escasa, a quienes cada día exigen más estudios para emplearse.

El trabajo precario en el sentido de los sueldos ha generado que los jóvenes. Ya no piensen casarse o tener hijos. Este no es un comportamiento liberal o moderno, sino de conveniencia económica.

Esta situación de las bajas percepciones genera fenómenos curiosos. Hace 30 o 40 años, las familias sufrían porque los hijos se iban, hoy lo hacen porque los hijos no se van.

Ahora hay menos rentas que antes, y muchas son caras, en relación con las percepciones. Lo mismo sucede con la adquisición de muebles y autos. El futuro de los chavos se ve muy presionado desde el punto de vista, económico, social y familiar.