El operativo encomendado en enero a la Policía Federal (Escudo Titán) busca combatir un fenómeno que preocupa a los integrantes del gabinete de seguridad: el incremento en la producción y tráfico de drogas vinculadas a los opiáceos y el fentanilo, un poderoso analgésico al cual se atribuye un poder adictivo mayor que el de la heroína.

Por lo pronto, los números de la Secretaría de Gobernación (SG) indican una reducción de la incidencia delictiva de 8.8 por ciento en los 11 municipios en los que se aplica el citado operativo y que coincide con la ruta de las drogas más poderosas. Esto significa, según cifras oficiales, una eficiencia 2.5 veces mayor que en el resto del país.

Igualmente, hubo una baja de 17.3 por ciento en homicidios respecto de la tendencia en el resto de ayuntamientos, equivalente a 8.1 veces más eficiente que en otras regiones de México.

Los ayuntamientos en cuestión son (el orden establecido por el Sistema Nacional de Seguridad Pública de la SG): Naucalpan, estado de México; Tijuana, Baja California; Acapulco, Guerrero; Los Cabos, Baja California Sur; Manzanillo, Colima; Cancún, Quintana Roo; Colima, Colima; Ocotlán, Jalisco; Tecomán, Colima; Ciudad Juárez, Chihuahua, y Chilpancingo, Guerrero.

Según la información, en febrero pasado, respecto de enero de este mismo año, se registró una reducción en el número de asesinatos vinculados al crimen organizado de hasta 83.3 por ciento, como ocurrió en Los Cabos, donde pasó de 18 a 3 homicidios dolosos.

Más abajo aparece Naucalpan, con una baja de 60 por ciento en el mismo lapso comparado, y la capital de Colima, con 53 por ciento.

Sin embargo, hay alzas en Acapulco (2.7 por ciento, al pasar de 74 a 76 asesinatos en un mes); Ocotlán (pasó de cero a uno) y, sobre todo, en Tecomán, que se disparó de nueve asesinatos en enero a 20 en febrero, es decir, un aumento de 122 por ciento.

En esos mismos 11 municipios en que se aplica el Escudo Titán no hay una disminución en cuanto a narcomenudeo y extorsión, violencia familiar y trata de personas.

Tecomán tomó relevancia en el más reciente bienio, al colocarse como el municipio más violento del país, si se considera el tamaño de su población comparado con el número de crímenes cometidos ahí.

Ese municipio colimense, antes conocido por la producción de limón, hoy es un centro fundamental de la lucha de los cárteles de la droga.

Agencias de Estados Unidos, como la antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés), advierten de un mayor número de muertes relacionadas con el tráfico y consumo de fentanilo desde 2013 a la fecha, y adjudican su producción a cárteles mexicanos.

El pasado 22 de marzo, Renato Sales, comisionado nacional de Seguridad, responsable de Escudo Titan, informó del decomiso, entre otros, de 506 kilos de metanfetaminas, 13 kilos de heroína, 2.6 kilos de goma de opio y 9 mil 700 kilos y 41 mil litros de precursor químico.

El 15 de febrero dijo que los decomisos de heroína y fentanilo cobran mayor relevancia “en el contexto actual de una creciente demanda de opioides por parte de Estados Unidos".