San José.

Costa Rica votará hoy para elegir nuevo presidente, dividido entre dos opciones diametralmente opuestas. El predicador evangélico Fabricio Alvarado, férreo opositor al matrimonio homosexual, y Carlos Alvarado, ex ministro del actual gobierno de centroizquierda.

El país centroamericano pondrá fin a dos meses de incertidumbre cuando elija a su nuevo jefe del Ejecutivo para el periodo 2018-2022 en una segunda vuelta electoral.

Fabricio Alvarado es el candidato del conservador Partido Restauración Nacional (PRN), de tendencia cristiana-evangélica, el cual ascendió en la votación del pasado 4 de febrero luego de manifestarse en contra de la opinión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que pidió a Costa Rica habilitar el matrimonio entre parejas del mismo sexo.

El también ex diputado Fabricio Alvarado llamó al rescate de principios y valores para oponerse al matrimonio homosexual y esto le valió el primer lugar en la votación de la primera ronda con 24.99 por ciento de los votos, mientras en el segundo lugar apareció el aspirante del oficialista Partido Acción Ciudadana (PAC), Carlos Alvarado, quien, pese a las críticas de otros candidatos al actual gobierno de su partido, logró sumar los sufragios suficientes para disputar la segunda ronda: 21.63 por ciento. Ninguno de los dos alcanzó 40 por ciento, índice necesario para ganar la presidencia.

A diferencia de su contrincante del PRN, Carlos Alvarado se manifestó en favor del matrimonio entre homosexuales y criticó a su rival al señalar que no cuenta con un plan de gobierno fundamentado ni equipo propio. Ante esto, Alvarado afirmó que buscará formar un gobierno de unidad nacional.

Para esta segunda ronda de comicios presidenciales están convocados a sufragar 3 millones 322 mil 329 electores, quienes deberán marcar una de las dos opciones en la única papeleta que recibirán en las juntas receptoras de votos.

El próximo presidente de Costa Rica ganará esta votación por mayoría sencilla, es decir, incluso un voto de diferencia decidirá el resultado.

La campaña previa a la elección estuvo marcada por la agresividad en los discursos de uno y otro bandos, pues a los partidarios del PRN se les señala de fundamentalistas religiosos, mientras a los del PAC se les recriminan los actos de corrupción denunciados durante el actual gobierno.