En la mayoría de los planteles se carece de infraestructura y equipamiento básico
Se dificulta más la cobertura educativa en poblaciones de menos de 2 mil 500 habitantes
Viernes 30 de marzo de 2018, p. 30
A pesar de que poco más de la quinta parte de la población nacional se asienta en comunidades rurales y dispersas, únicamente 600 mil jóvenes de 15 a 17 años asisten a planteles de bachillerato en zonas rurales, lo cual representa 12 por ciento de la matrícula nacional de la educación media superior; se estima que 36 por ciento de los muchachos en edad de cursar este nivel vive en regiones alejadas de las ciudades, advierte el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).
En el estudio Avances y dificultades en la implementación del Marco Curricular Común, enfocado al telebachillerato estatal, comunitario y a la Educación Media Superior a Distancia (Emsad), se destaca que la desigualdad socioterritorial entre el medio urbano y rural, con su impacto económico y político, agudiza los desafíos que se enfrentan para mejorar la cobertura y calidad del bachillerato, sobre todo en comunidades de menos de 2 mil 500 habitantes, así como con el fin de afianzar la permanencia de los alumnos en el aula e impedir la deserción.
En general, se advierte en el informe, una de las mayores dificultades en la base de la implementación de la Reforma Integral a la Educación Media Superior es porque no se cuenta con las condiciones mínimas necesarias de infraestructura y equipamiento para que se desarrollen los procesos de enseñanza y aprendizaje, lo cual es resultado de la falta de apoyo y compromiso por parte del gobierno federal y de los estatales
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Al respeto, apunta que en las ciudades mejoró la asistencia escolar de los jóvenes de 15 a 17 años de 2010 a 2015, al pasar de 67 a 73.2 por ciento, mientras en las comunidades rurales se redujo a 63 de cada cien alumnos, y advierte que, en su mayoría, los adolescentes que cursan su bachillerato en áreas rurales son atendidos por planteles de telebachillerato estatal, comunitario o de Emsad.
De acuerdo con cifras oficiales, en estas tres modalidades se atendió para el ciclo 2014-2015 a 364 mil 568 alumnos, con 19 mil 472 docentes en 4 mil 203 escuelas.
En el análisis, que incluyó visitas a planteles de Puebla, Morelos, Veracruz, Sonora y Yucatán, se profundiza sobre los problemas que genera la falta de infraestructura básica en muchos de los planteles rurales, como acceso a Internet, abastecimiento de agua suficiente, conexión a la red eléctrica e instalaciones hidrosanitarias adecuadas, entre otras.
En el caso de los telebachilleratos estatales (TBE) se señala que las instalaciones no suelen contar con laboratorios para las asignaturas experimentales ni con biblioteca. Se tiene un pequeño acervo de libros, pero se carece de equipamiento básico, como pizarrones, equipo de cómputo o cañones para proyecciones, a lo que se suma que los materiales de papelería y limpieza son insuficientes.
En la Emsad, si bien el INEE reconoce que hay planteles que no enfrentan tantas carencias, se reportan aulas inadecuadas ante el crecimiento de la matricula atendida, problemas para la conexión a Internet, abastecimiento de agua potable escaso, sanitarios insuficientes y problemas con la recolección de basura.
El telebachillerato comunitario, creado en 2013 por el gobierno federal, enfrenta no sólo dificultades para usar las instalaciones de las telesecundarias en contraturno, sino carencias de infraestructura para atender las necesidades de enseñanza de sus alumnos.