Matar a un cabrón
Hacer lo que tengamos que hacer
Peligro de fraude electoral
Construcción política dañada
l priísta michoacano Mario Tzintzún Rascón sintetizó sin eufemismos las tareas que puede emprender su partido (el sistema
, se diría) para tratar de conservar el poder en estas elecciones: Vamos a hacer lo que tengamos que hacer, punto. Ahí incluye todo. Desde pegar un botón, como dijeran en aquellos tiempos los, ¿cómo se llama?... éramos mapaches, ahora somos operadores: desde pegar un botón hasta matar un... ustedes ya saben qué... matar un cabrón
.
Tzintzún podría ser considerado un priísta promedio, una voz de la militancia
. En las notas periodísticas que dieron cuenta de sus esclarecedoras palabras se refiere, como su cargo más destacado, que fue secretario de organización del comité directivo del partido tricolor en Michoacán. Sus sinceras palabras fueron pronunciadas durante una conferencia de prensa en la que un grupo de operadores
ofreció apoyo a la candidata priísta a presidir el municipio de Morelia, Daniela de los Santos. En algunas otras referencias se cita al explicativo priísta como miembro del grupo del peculiar político José Ascensión Orihuela, quien ha sido presidente municipal, diputado, senador y precandidato a la gubernatura. Chon es asociado por sus opositores a prácticas electorales y financieras oscuras.
Socarrón, con aire de íntima satisfacción, Tzintzún recordó que a personajes como él les llamaban mapaches
(mamíferos nocturnos, de coloración oscura alrededor de los ojos, lo que semeja los antifaces con que suele dibujarse a los ladrones). Pero, en la reconversión modernista que se vive, ya se les menciona como operadores
electorales.
Pegar un botón (es decir, realizar una tarea pequeña de remodelaje electoral, si así es necesario u ordenado) o matar a un cabrón (si ello es necesario u ordenado), son algunas de las funciones (ahora explícitas) que ya están en curso con el propósito de distorsionar al máximo posible el proceso electoral cuyas campañas presidenciales han comenzado hoy.
Ni el bombardeo propagandístico que durante tres meses agobiará a los ciudadanos con promesas y ofertas, ni el aparato institucional onerosamente encargado de organizar y juzgar las elecciones, podrán ocultar las evidencias de que pasa por un muy mal momento la de por sí pálida pretensión de democracia
que se ha vivido en décadas recientes (con la llegada de la izquierda electoral al gobierno de Ciudad de México, los congresos divididos, la alternancia bipartidista en Los Pinos y los triunfos de alianzas
o coaliciones
en gobiernos estatales).
La presunta democracia mexicana es hoy un forcejeo entre partes con arsenales dispares (Morena, con una gran intención de voto a su favor; el PRI-Gobierno, con una gran intención de hacer maniobras extremas a su favor) que se encaminan a una elección bajo peligro explícito de fraude electoral. En un momento crítico, con una sociedad profundamente hastiada de la corrupción, la impunidad y la ineficacia de quienes formalmente son los gobernantes y los representantes populares, los carriles de la participación electoral están claramente obstruidos por una serie de factores de adulteración que, en una carrera contrarreloj, intentarán cambiar resultados e imponer decisiones.
La inmadurez política mexicana, la reducida vida institucional de los partidos (dominados por camarillas), el reciclaje de malas figuras en candidaturas viables, el peso aplastante de los recursos del sistema (los fondos públicos en un lugar preponderante, sobre todo los asistenciales, para la compra del voto) y una larga apatía ciudadana (excitada por los momentos electorales y algunas secuelas, pero no más), hacen ver la textura de la ilusión democrática.
La tal democracia
llega maltrecha. Tres mil cargos serán electos, entre autoridades municipales y diputados locales en algunas entidades federativas, y diputados federales, senadores y presidencia de la República. A pesar de la esperanza generalizada de generar cambios profundos en la manera de manejar las cosas públicas, es probable que estos comicios terminen siendo los más sucios de la historia electoral moderna, con el modelo del estado de México como rudo punto de referencia. Gane quien gane, la construcción del poder político para los próximos años ha quedado dañada con las artimañas de inclusión de piezas deplorables en los equipos políticos y en las plantillas de candidatos de todos los partidos e incluso con las alianzas confidenciales y los arreglos complicitarios que se irán dando conforme avancen las campañas y se definan los dos verdaderos finalistas.
Pascual López Velarde comenta: hay un grave capítulo que has dejado de lado y que en algún momento debería puntualizarse: me refiero al desbordado y rampante actuar de las trasnacionales admitidas en México por la pandilla en el poder, las que tienen evidente urgencia por acabar con todo cuanto de valor nos queda en el territorio. Desde mineras depredadoras en todo el mundo, hasta la más atrabiliarias petroleras que se han repartido todo el subsuelo del Golfo, todas ellas tienen licencia para matar, en alianza hasta con el narcotráfico de cada lugar
.
Un lector hace ver el nivel de amenaza familiar que ejercen algunos despachos encargados de cobranzas: “Me hacen una llamada de una empresa llamada Solfi, diciendo lo siguiente: ‘Evite tener personas mayores y niños menores de edad en Domicilio. Solfi ejecutará acción de cobro por saldo total firmado en pagaré. Próxima visita. Recuerde: se da solución no sólo se lee’. El numero de teléfono de donde llega esta amenaza es 5536853400”.
Un empleado de la Secretaria de Gobernación reporta que por reducción de presupuesto nos quitaron a muchos la prestación del comedor y, pues, no puedo dejar de pensar que es para captar recursos y usarlos el primero de julio (...) lo considero un abuso, soy empleado operativo, gano menos de 11 mil al mes y es un hueco en la economía el que nos están generando
... ¡hasta el próximo lunes!
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