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Son alrededor de 230 trabajadores que han derribado 28 inmuebles en seis delegaciones

Héroes anónimos, los encargados de demoler a mano
 
Periódico La Jornada
Lunes 26 de marzo de 2018, p. 29

Transformados en héroes anónimos, alrededor de 230 trabajadores, entre obreros, cabos, operadores de maquinaria y veladores se han encargado de demoler las altas torres que el sismo de septiembre del año pasado dañó y que en muchos casos se trata de edificios con pronunciadas inclinaciones, endebles y de difícil acceso por los derrumbes que sufrieron en su interior.

De entre esta flota de trabajadores destaca la cuadrilla de 30 demoledores provistos de una línea de vida –consistente en un arnés y un cable que permite se aseguren a una grúa, lentes de plástico, guantes, botas y chalecos reflejantes–, quienes prácticamente a mano han concluido con el derribo de 28 inmuebles en seis delegaciones.

Debido a las afectaciones que presentan algunos edificios, como colapsos parciales y desplome de estructuras, se requieren medidas de seguridad estrictas para la demolición y protocolos específicos, casi quirúrgicos, que garanticen la total seguridad de los habitantes de las zonas colindantes y de los trabajadores, afirmó Gerardo Báez, encargado de despacho de la Secretaría de Obras y Servicios local.

Gracias a ellos se ha concluido con la demolición de estos inmuebles y se trabaja en este momento en el derribo de otros 25, sin incidente alguno, añadió.

Relató que uno de los inmuebles que ha implicado mayor dificultad es el de Doctor Lucio número103, en la colonia Doctores, delegación Cuauhtémoc, de más de 50 metros de altura.

Este inmueble, llamado Osa Mayor, cuenta con dos torres, las cuales tuvieron un desplome en el módulo de escaleras, lo que hizo que el edificio tenga una separación a la mitad que alcanza hasta dos metros, agregó Báez.

Esta situación aumentó el grado de complejidad de las labores, pues el único paso entre ambos edificios son las escaleras, y para solucionar el desprendimiento y ejecutar los trabajos se habilitaron puentes y pasamanos de madera que permiten el paso de los demoledores. Es importante destacar que tres veces al día se realizan mediciones topográficas para evaluar los movimientos del edificio, el cual albergó 52 departamentos.

Dicha tarea es fundamental, pues con el golpeteo con marros y el retiro de piezas, las torres pueden presentar deslizamientos, indicó.

Para garantizar la seguridad en la demolición y la integridad de transeúntes y automovilistas, se colocó un tapial que delimita la circulación por las calles Doctor Navarro y Doctor Lucio.