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Balance de la Jornada

A muchos equipos les urge coaching mental

L

a Máquina ganó, goleó y gustó a partir de su decisión de recurrir al coaching mental. Se mantienen en secreto los detalles del trabajo de Bernardo Angulo, quien ayudó a Pedro Caixinha a lograr un título con Santos Laguna, pero el Cruz Azul sencillamente dio el sábado su mejor partido en mucho tiempo, aunque las palmas más emotivas fueron para el ahora tuzo Christian Chaco Giménez.

El recurso amenaza con imponer moda, porque hay demasiados equipos desesperados por obtener un triunfo. No es la primera vez que los jugadores recurren al diván: el mismo André-Pierre Gignac acudió con un hipnotizador para recuperar su poder goleador. Jesús Ramírez, ex técnico campeón del mundo Sub-17, también privilegió en su hazaña el trabajo mental.

En medio del caos, las Chivas lograron un milagroso triunfo sobre los Lobos. El Rebaño está convertido en un hospital; Alan Pulido no tuvo empacho en criticar los fichajes realizados al inicio del certamen y el entrenador Matías Almeyda no parece muy contento con la contratación de Francisco Gabriel de Anda, quien llegó como director deportivo.

A los Pumas les urge sicoanalista para dejar de depender de los altibajos de Nicolás Castillo y del discurso corto del técnico David Patiño. Los auriazules requieren algo que les dé impulso hacia la meta inmediata, que es asegurar el boleto a la liguilla. Cinco partidos sin triunfo son sinónimo de crisis.

Los ricos también lloran. Tigres triunfó, pero su futbol es soso, causa tedio. Tanto crack para ganar con lo justo. Monterrey fue echado de la Copa Mx y da tumbos en la liga; los exigentes piden ya la salida de Antonio Turco Mohamed. El América sumó 11 juegos sin perder y festejó con el cemento, porque la gente no va al estadio... es un equipo de televisión.

El descenso se puso al rojo vivo. El Veracruz es un ánima en pena y su caída libre nadie la frena. Los Lobos siguen desperdiciando opciones para asegurar su salvación, mientras el técnico Rafael Puente pierde los estribos y arremete contra el arbitraje, al igual que el defensa Francisco Maza Rodríguez.

No hay felicidad absoluta. En plena euforia por la determinación de frenar el descenso y ante la perspectiva de continuar importando futbolistas sin freno ni control, a los dueños de equipos de la Liga Mx –amos y señores del balón– les cayó como mazazo el anuncio de la Liga de Naciones. Un nuevo lazo que los amarra más a los torneos de la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Futbol (Concacaf).

Lo que era bendición, casi el paraíso, se vuelve infierno. La vecindad con Estados Unidos, de la que la Federación Mexicana de Futbol ha sacado tanto provecho con los partidos moleros, comienza a mostrar otra cara, una que está resultando desagradable, incómoda, fastidiosa, impositiva y demandante.

No conformes con la llamada Concachampions, que acapara a los mejores equipos de la Liga Mx en un torneo que de tanto que se gana ya hasta resulta aburrido, ahora se inventan la Liga de Naciones para atrapar al Tri y exigirle disputar este nuevo certamen en la región más mediocre del planeta futbolero.

El balompié nacional, lejos de la Copa Libertadores y tras el ridículo hecho en la Copa América, irá como los cangrejos: sin progreso en el tema deportivo y sin esas fechas FIFA que le permitían lucrativos partidos. El canadiense Víctor Montagliani, titular de la Concacaf, está resultando un tipo con demasiada iniciativa.

Joseph Blatter, ex titular de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), desenterró el hacha y amenaza con ejercer toda su influencia, poca o mucha que le quede, para arrebatar el sueño de realizar el Mundial 2026 a Estados Unidos, a cuyas autoridades judiciales culpa de su estrepitosa y denigrante caída. El resentido personaje hace gestiones para respaldar a Marruecos.

Ciertamente no resultó de los más agradable el Mundial compartido entre Sudcorea y Japón, como para que ahora se asigne a tres países, por mucho que el torneo marque el inicio del gigantismo. Una interesante lucha se avecina, peor ahora que Sunil Gulati fue echado de la federación estadunidense, después de no haber clasificado a Rusia 2018.

A cuentagotas caen datos sobre la pasada junta de dueños. Alejandro Rodríguez, presidente de Tigres, dijo muy ufano que no va a bajar el número de foráneos, o sea, que aquella regla anunciada en 2016 para promover el desarrollo del futbol mexicano, la 10/8, que hoy es 9/9 y que para el próximo año prometía ocho foráneos por 10 mexicanos, quedó cancelada. Borrón y cuenta nueva.