Los Ángeles.

¿Es posible un Hollywood incluyente? Frances McDormand aprovechó la gala de los premios Óscar para poner una solución sobre la mesa: cláusula de diversidad en los contratos.

La idea suena desde hace tiempo, pero nunca nadie la había propuesto en la mayor fiesta de la industria del cine. McDormand, coronada mejor actriz por su papel en Tres anuncios por un crimen, la defendió con entusiasmo.

En años recientes, con cada premiación surge una causa, desde el #OscarSoWhite, en favor de la gente negra, hasta el actual #TimesUp y #MeToo, en defensa de las mujeres. La entrega de los premios Óscar, criticados por su falta de diversidad, es una vitrina perfecta para pedir cambios en la meca del cine. Pero, ¿pasa algo más allá de los discursos?

El de este año cierra una temporada de premios sacudida por una ola de escándalos de acoso y abuso sexual encabezados por el productor Harvey Weinstein y otros pesos pesados de la industria, caídos en desgracia.

En la ceremonia, el comediante Jimmy Kimmel invitó a Hollywood a liderar un camino de inclusión e igualdad de género. También hubo llamados a un mayor control de porte de armas y en contra de la política antiinmigración de Donald Trump.

Pero a la hora de entregar las estatuillas, fue lo mismo de siempre. De las 20 categorías –sin contar las cuatro de actuación– 47 mujeres eran candidatas y sólo cuatro ganó 8.5 por ciento; mientras, de 150 hombres, 32 se llevaron un Oscar (21.3 por ciento), según un estudio del sitio especializado Gold Derby.

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Tenemos historias por contar que necesitan financiamiento, asentó McDormand en el teatro Dolby, tras convocar a todas las nominadas a ponerse de pie.

Aunque puede que haya en marcha cambios significativos en varias estructuras de Hollywood, el hecho es que los números no reflejan ninguno, explicó Martha Lauzen, directora del Centro para el Estudio de la Mujer en la Televisión y el Cine de la Universidad de San Diego.En 2017, las mujeres representaron 11 por ciento de los directores en los 250 filmes más taquilleros, es lo mismo que en 2000, señaló.

Greta Gerwig (Lady Bird), por ejemplo, fue la única mujer nominada a mejor dirección este año y la quinta en la historia del Óscar, mientras Rachel Morrison fue la primera postulada por fotografía.

McDormand explicó tras bastidores que hasta una semana antes de la ceremonia escuchó de esta cláusula de inclusión propuesta por Stacy Smith, fundadora y directora del centro Annenberg. Y con ella cerró su discurso: “Les dejo dos palabras, damas y caballeros: ‘inclusion rider’”, con lo que mandó a más de uno al buscador de Google.

Este apartado en los trabajadores de la industria consiste en que los actores pueden exigir en sus contratos que haya diversidad en el elenco y el equipo de producción.

Pero, ¿cuántos actores y directores tienen el poder de hacer esa exigencia? y ¿cuántos harán uso de ese poder?, se preguntó Lauzen, quien defiende las metas de contratación –o más bien, cuotas– y que más mujeres en posiciones de poder reducirían el sexismo y crearían más puestos de trabajo para otras.

Robó, huyó y lo pescaron

Por otro lado, Terry Bryant, acusado de robar el Óscar de Frances McDormand en una fiesta posterior a la ceremonia de los Premios de la Academia, deberá comparecer en una corte en Los Ángeles.

El martes, los fiscales lo acusaron de robo mayor, un delito por el que podría pasar hasta tres años en prisión.

Bryant, de 47 años, permanecía bajo custodia con una fianza de 20 mil dólares. No estaba claro si contrató a un abogado que pudiera hacer declaraciones.

Las autoridades dijeron que Bryant robó el Óscar a la mejor actriz que ganó McDormand el domingo por la noche durante el Baile de los Gobernadores, la fiesta oficial de la academia.

Un video muestra lo que parece ser Bryant saliendo sosteniendo orgulloso el trofeo.

Un fotógrafo siguió y confrontó al ladrón, y éste fue arrestado.

Como cada año, tras la gala de los premios Óscar son muchas las anécdotas que se pueden extraer tanto de la ceremonia como de lo que sucede en las fiestas posteriores.

Este año, la situación que vivió Frances McDormand en el Baile de los Gobernadores, la fiesta oficial posterior a la gala, podría haber acabado muy mal, si le hubieran robado la valiosa estatuilla.

El diario USA Today informó que, tras ese incidente, la intérprete, que estaba acompañada por su hijo Pedro y su marido, el cineasta Joel Coen, se quedó muy angustiada y no pudo reprimir el llanto.

Alguien mencionó que McDormand lo había dejado y estaba chateando cuando un hombre agarró la estatuilla dorada, que ya tenía grabado el nombre de la actriz.

El chef que dio de cenar a los ganadores lo detuvo, recuperó la estatuilla, aunque el hombre había vuelto a desaparecer.