Hay de famas a famas. El sonorense Juan Francisco Gallito Estrada tiene su propia tipología del éxito público. Según entien- de, existen aquellos que son conocidos por un amplio apoyo publicitario y ganan cascadas de dólares; a esa categoría adscribe al jalisciense Saúl Canelo Álvarez. Otros, en cambio, son célebres porque la gente común los reconoce y aprecia, eso son los que al paso de los años son recordados como ídolos populares, y ahí es donde quisiera instalarse.

“La fama del Canelo es la de la mercadotecnia”, precisa; pero hay otra que se obtiene con el buen boxeo, y a esos casi siempre es a quien quiere la gente.

Estrada piensa en la fama porque el próximo sábado, en California, enfrentará al campeón mundial de peso supermosca del CMB, el tailandés Srisaket Sor Rungvisai, peleador precedido del estruendo que provocó al noquear de manera brutal al nicaragüense Román Chocolatito González.

La función organizada por la televisora estadunidense HBO es la segunda edición del encuen-tro que llamaron Superfly, cuyo éxito es inédito para boxeadores de categorías pequeñas.

“Pocas veces los pesos pequeños generan tanto ruido como en estas funciones de Superfly”, cuenta el Gallito; ojalá que ahora que todos están volteando para vernos, y que los promotores están aprovechando muy bien, sea el momento para hacer que los sueldos que nos pagan a pesos pequeños sean más justos.

La diferencia del sueldo entre un boxeador pequeño y uno de categorías más pesadas es abrumadora. De algunas decenas de miles de dólares a los millones –expone–, por lo demás, el Gallito lo que quiere es ser reconocido como un peleador fino, de raza pura.