La donación de órganos de cadavéres no ha crecido en México. El promedio nacional es de 12 por cada millón de habitantes, pero en la mayoría de los estados la tasa es menor a 10, mientras en España, líder mundial en este rubro, es de 30 a 40 por millón de habitantes.

En tanto, alrededor de 21 mil personas en el país requieren la sustitución de algún órgano, de los cuales en más de la mitad (13 mil) se trata de un riñón. Alrededor de 8 mil necesitan una córnea y las demás se distribuyen entre corazón, hígado, pulmón y piel, principalmente, de acuerdo con información oficial.

Al año se realizan unas 3 mil cirugías sustitutivas de riñón. Apenas una tercera parte se logran con donaciones cadavéricas. Además, del total, más de la mitad se hacen en hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). De acuerdo con información del organismo, en 2017 se practicaron mil 641 trasplantes renales.

Aun así, son insuficientes frente a la cantidad de pacientes que forman parte del Registro Nacional de Trasplantes, explicó Arturo Dib Kuri, director del Centro Mexicano Pro Donación Renal. No obstante, el desarrollo de la ciencia y tecnología ha permitido avanzar en la atención de la demanda.

Desde hace algunos años existe la posibilidad de efectuar trasplantes cruzados, donde participan pacientes que tienen familiares o amigos que quieren donarles un riñón pero no lo logran porque son incompatibles. Sin embargo, es factible la donación cruzada con otra pareja de paciente y donador en la misma circunstancia. Se intercambian los aportantes de los órganos y se salvan ambas vidas.

Procedimientos de este tipo se realizan en el IMSS y en el Hospital Juárez de México, entre otros organismos públicos. En el Seguro Social, incluso, especialistas del Hospital General La Raza, avanzan en la aplicación de otra técnica para lograr trasplantes entre personas incompatibles (La Jornada, 13/11/2017).

En el Centro Mexicano Pro Donación Renal van más allá, con trasplantes en cadena, es decir, participan más de dos parejas de enfermos y donadores.

La finalidad es incrementar al máximo la posibilidad de que los afectados por insuficiencia renal crónica recuperen su salud y salven sus vidas, explicó Dib Kuri.

En entrevista, el especialista, ex director del Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra), comentó que está integrando un registro de pacientes y donadores incompatibles. El objetivo es recabar la información de 300 parejas y luego iniciar la aplicación de un algoritmo que permite identificar a los sujetos genéticamente compatibles.

Mediante protocolos rigurosos y avalados por los comités de ética de los hospitales se podrán efectuar los trasplantes, aunque se trate de usuarios o derechohabientes de instituciones diferentes.

Como parte del proceso de integración del registro, Pro Renal incluye evaluaciones médicas y sicológicas de los participantes (paciente y donador) y se efectúa una investigación profunda para garantizar la voluntad altruista de quien aportará su riñón.

Lo anterior, debido a que la Ley General de Salud permite la donación entre personas sin parentesco, pero debe existir certeza total de que no existe ningún interés económico. Dib Kuri comentó que existen métodos que permiten detectar las mentiras en este sentido.

El experto consideró que con estrategias como los trasplantes cruzados y en cadena, aumentará la donación de órganos. De cualquier manera, sostuvo, el país debe reforzar las acciones que permitan incrementar la donación de órganos de cadáveres.