Tras asumir la candidatura de Morena a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que con terquedad, con perseverancia, rayando en la locura de manera obcecada, terminará con la corrupción en México, después de triunfar en las elecciones del primero de julio.

Entre gritos de ¡Presidente, Presidente!, se reconoció ante la asamblea nacional electiva de su partido como un hombre terco, necio y obcecado, como es de dominio público, para defender ideales, principios o alguna causa, y con esta misma convicción, aseguró, actuaré como presidente de la República. Con intransigencia, dijo, vamos a promover el desarrollo de México.

Al esbozar un amplio programa de lo que sería su gobierno, enfatizó que eliminará la corrupción y la impunidad, y abundó en el polémico tema de la amnistía para delincuentes, cuando prometió acabar con la violencia y la inseguridad.

Someteré a debate, incluso con las víctimas, la posibilidad de otorgar amnistía a los infractores que opten por su readaptación, como ha sucedido en otros tiempos en nuestro país y en el mundo, y también como lo contemplan nuestras leyes, sostuvo.

Vamos a hacer todo lo que sea necesario para conseguir la paz. No podemos acostumbrarnos al horror de que se cometan 70 homicidios diarios, que no se estén atendiendo las causas y que no se actúe con responsabilidad. Me comprometo a darle paz y tranquilidad a los mexicanos, subrayó ante un amplio auditorio.

Avalada su candidatura, la tercera a la Presidencia de la República, también dijo que se opondrá a la construcción del muro en la frontera con Estados Unidos, y anunció que con el gobierno de aquel país tendría una relación de amistad, cooperación y respeto mutuo.

López Obrador retomó en su discurso de media hora temas polémicos, como el espionaje a la oposición, e insistió en que desaparecerá el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen),

También ofreció terminar con los gasolinazos y afirmó que no aplicaría impuestos nuevos durante su gobierno, con énfasis en que no aumentaría el IVA y el ISR.

Igualmente, el político tabasqueño dijo que no habría discriminación de ninguna índole durante su mandato. Respeto absoluto a la diversidad sexual, a la libertad de pensamiento y de creencias. Nunca se tomarán decisiones que afecten las tradiciones, las culturas y religiones del pueblo.

Prometió garantizar el respeto a la libertad de prensa y proteger a los que trabajan en los medios de información. Se va a garantizar el derecho a disentir, va a ser una realidad la pluralidad y el régimen de concesiones vigentes en radio y televisión. No va a haber censura, no se le va a quitar el programa a ningún comunicador. Nunca más lo que sucedió con (José) Gutiérrez Vivó o con Carmen Aristegui, subrayó.

Convencido de su triunfo, prometió cancelar la reforma educativa y elaborar un nuevo plan en la materia, en el que participen maestros, padres de familia y especialistas.

Asimismo, se comprometió a abolir los fueros y privilegios, acabar con los lujos, abusos y despilfarros en el gobierno, por lo que no habrá pensiones millonarias para los ex presidentes. También insistió en que se venderá el avión presidencial y toda la flotilla de aeronaves del gobierno, así como reducir a la mitad los sueldos de los altos funcionarios públicos.

El candidato presidencial de Morena subrayó que no permitirá el amiguismo, nepotismo ni influyentismo, e igualmente reiteró que no vivirá en Los Pinos ni utilizará al Estado Mayor Presidencial.

López Obrador afirmó que habrá un auténtico estado de derecho, porque aplicará al pie de la letra lo que establecen la Constitución y las leyes, y que no se violarán derechos humanos, pues castigará con rigor a quienes lo hagan.

No habrá tortura en nuestro país, ninguna de esas infamias se van a cometer en México, manifestó. Asimismo, sostuvo que acabará con los fraudes electorales.

Cumpliremos todos los compromisos, no habrá decepción, no le fallaremos al pueblo, no vamos a traicionarlo. Estoy consciente de mi responsabilidad histórica. Quiero ser recordado como un buen presidente; voy a seguir el ejemplo de Benito Juárez, de Francisco I. Madero, del general Lázaro Cárdenas, concluyó.