Nunca como ahora, México había sido un país tan profundamente desigual, señaló el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue.

Al inaugurar el seminario Cambio de época: América Latina frente a la hora de la igualdad: avances, retrocesos y desafíos, dijo que hoy el uno por ciento de la población global concentra más de 50 por ciento de la riqueza, mientras 70 por ciento de los trabajadores del orbe posee menos de 3 por ciento.

Además, señaló que este patrón mundial se reproduce en la República. Por ejemplo, México es el país con mayor desigualdad de las naciones que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Tenemos que luchar por buscar la equidad y en ello la educación juega un papel fundamental, pues es el gran igualador social, dijo el rector en el evento, que se desarrrolla en el auditorio Maestro Jesús Silva Herzog, del Posgrado de la Facultad de Economía.

Por su parte, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) expuso que son tiempos de cambios cruciales y se debe avanzar en un nuevo estilo de desarrollo que ponga en el centro a la igualdad.

En América Latina, añadió, no hemos sido capaces de superar la desigualdad porque no se ha acabado con la cultura del privilegio, que la naturaliza. La cultura del privilegio implica evasión fiscal, intereses, corrupción e impunidad.

Peligro de guerra

Hoy, prosiguió, se viven transformaciones tecnológicas que generan incertidumbre sobre el trabajo; hay cambios geopolíticos, visiones bilaterales que nos ponen cerca de una tercera guerra mundial, por lo que se debe pugnar por el multilateralismo. Y aunque América Latina es una región de paz, tiene cerca a Estados Unidos, que en sus decisiones niega el ­multilateralismo.

Por ello, expuso Bárcena, el seminario abordará temáticas como la economía política del bajo crecimiento; la crisis del multilateralismo y de sus instituciones; el reconocimiento de la desigualdad y la aceptación de la cultura del privilegio, así como el papel del Estado en este cambio de época.

En tanto, Rolando Cordera, director del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo, coincidió en que este cambio de época es la hora de la igualdad, en la que se deben plantear cursos de desarrollo que permitan avanzar efectivamente, más allá del crecimiento y la modernización esporádica.