Organizaciones ambientalistas emitieron una alerta ante la Convención Ramsar (tratado intergubernamental para la protección de humedales) por los riesgos que sufre el Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos ante el desarrollo de proyectos inmobiliarios turísticos que no cuentan con una rigurosa evaluación de impacto ambiental y que han transformado el entorno de la costa de la península de Yucatán.

La Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA) con apoyo del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), Voces Unidas, la Casa de la Cultura de Puerto Morelos, Flora y Fauna de México y el Centro de Innovación e Investigación para el Desarrollo Sustentable señalaron que los desarrollos han contaminado ecosistemas, como los arrecifes de coral y manglares.

El parque se fundó como área natural protegida en 1998 y fue registrado como humedal de importancia prioritaria internacional bajo la Convención Ramsar en 2004. Tiene alta biodiversidad, ya que los arrecifes de coral son hábitat de peces, tiburones, caracoles rosados y tortugas marinas; mientras sus manglares albergan a cocodrilos y garzas. El arrecife forma parte del Sistema Arrecifal Mesoamericano, considerado como la segunda barrera de este tipo más grande del mundo.

La belleza ecológica y escénica del lugar atrae la construcción de proyectos turísticos que al no ser evaluados de manera adecuada promueven un modelo depredador de uso irracional de los recursos naturales, dijo Camilo Thompson, abogado del Programa de Biodiversidad Marina y Protección Costera de AIDA.

Consideró que es urgente una misión de Ramsar que evalue los daños, proponga compensaciones, exprese sus recomendaciones y emita un informe sobre la política de crecimiento inmobiliario-turístico y las alternativas para asegurar el uso racional de los ecosistemas.

Cualquier actividad desarrollada en el lugar requiere una evaluación ambiental estratégica que considere los impactos acumulativos y sinérgicos en los humedales costeros, los pastos marinos y los arrecifes de Puerto Morelos. El Estado mexicano debe aplicar el enfoque precautorio y ecosistémico ante las amenazas a la biodiversidad, agregó Thompson.