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Política monetaria y crecimiento económico
L

os bancos centrales cumplen su función independientemente de la política económica que decidan implementar los gobiernos. Esta capacidad les fue concedida a partir de la instrumentación de las reformas neoliberales que, como sabemos, liberalizaron los flujos de capital y comerciales, al tiempo que reducían el papel del Estado en la economía. Bancos centrales autónomos, sin embargo, no significa que actúen del mismo modo en los diferentes países. Su desempeño está marcado por su mandato legal.

El nuevo presidente del Sistema de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, al tomar posesión de su puesto el lunes pasado reconoció que encuentra a la economía estadunidense creciendo, con bajo desempleo e inflación menor a 2 por ciento. El orden de estos factores es relevante: el Fed, a diferencia de otros bancos centrales como el Banco de México, tiene un mandato dual: mantener estabilidad de precios consistente con la mayor tasa de empleo posible. Powell señaló que mediante nuestras decisiones de política monetaria apoyaremos la continuidad del crecimiento, un mercado laboral sano y precios estables.

En marcado contraste, el Banco de México ha venido tomando decisiones a partir de su mandato único: estabilidad de precios. En el curso de 2016 y 2017 Banxico incrementó las tasas de interés, lo que es consistente con su propósito exclusivo de lograr que el incremento de precios se ajustará a su meta de 3 por ciento +/- un punto porcentual. Estos incrementos impactaron las decisiones de inversión del sector privado, lo que provocó que uno de los componentes del PIB por el lado del gasto, la inversión fija bruta, tuviera un comportamiento negativo en 2017 y que en 2016 se mantuviera estancada.

Un componente importante de la inversión fija bruta es la construcción, que se divide en residencial y no residencial. La no residencial, es decir, la edificación de plantas industriales, bodegas, etcétera. hace tiempo que está contraída. A noviembre de 2017 se había reducido casi 9 por ciento respecto al mismo periodo de 2016. En este rubro hay inversión pública y privada, y la contracción se explica mayoritariamente por la caída de la inversión pública.

En el caso de la inversión residencial, que había tenido un dinamismo muy intenso generando miles de puestos de trabajo, se registra una disminución que se explica por la caída de la demanda que reacciona negativamente a los movimientos de la tasa de interés.

La llegada de Powell al Fed ha sido saludada con una volatilidad significativa en Wall Street. El episodio anterior de volatilidad se vivió después de la decisión de los votantes británicos de abandonar la Unión Europea. Hay indicios de que esta volatilidad pudiera explicarse por el temor a un cambio de estrategia en la política monetaria. Durante el mandato de Janet Yellen el Fed actuó con una enorme cautela, discutiendo cuidadosamente la situación económica nacional y los impactos de la economía global, los movimientos en los mercados de trabajo y, por supuesto, los precios que se ubicaban por debajo de 2 por ciento.

Cada decisión de incrementar o mantener las tasas se pautó con los factores relevantes de la economía real. Por ello la economía estadunidense, como reconoció Powell, crece, está cerca del pleno empleo y con bajas tasas de inflación. Los inversionistas piensan que esta cautela pudiera modificarse, con el incremento de las tasas de interés sin considerar las repercusiones en el crecimiento y el empleo.

En contraste, las decisiones del Banco de México se mantienen constreñidas al nivel de precios que, como lo estamos viviendo todos, muestra un comportamiento claramente ascendente. En una situación en la que existen varios factores que pueden afectar el crecimiento de nuestra economía, el Banco de México se ocupará solamente de la inflación y, en consecuencia, aumentará las tasas de referencia por encima de lo que haga el Fed. El impacto sobre la inversión será negativo y el crecimiento del PIB se afectará. Probablemente Banxico logre bajar la tasa de inflación anual de casi 7 por ciento a 5, pero se perderán miles de puestos de trabajo.