Miércoles 7 de febrero de 2018, p. 2
Científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) participaron en el diseño de NEFER (Nuevo Espectrómetro Fabry-Perot de Extrema Resolución), instrumento 2D integrado al espectrómetro Osiris del Gran Telescopio Canarias (GTC), España, el más grande del mundo, con un diámetro de 10.4 metros.
NEFER, proyecto conjunto entre la UNAM, el Laboratorio de Astrofísica de Marsella, en Francia, y el Instituto de Astrofísica de Canarias, es el instrumento ideal para estudiar los procesos dinámicos y las colisiones en las galaxias, incluidas la formación estelar en ellas y la distribución de materia oscura, explicó Margarita Rosado, del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM y responsable del proyecto.
Es un instrumento que produce mapas bidimensionales de intensidades y velocidades de objetos astronómicos extendidos, diseñado principalmente para observar la emisión y las velocidades del medio interestelar de nuestra galaxia y de otras externas. Su núcleo es un interferómetro de fabry-perot de barrido, técnica óptica conocida y de mucha tradición en el IA.
Del 11 al 15 de diciembre se concedió al nuevo espectrómetro tiempo técnico para incorporar sus componentes ópticos, mecánicos y electrónicos a Osiris.
Se demostró que la inclusión no alteró la operación nocturna del espectrómetro en sus observaciones astronómicas ya planeadas. Esta parte del programa fue tan exitosa que la dirección del GTC decidió dar a NEFER un tiempo corto adicional con el fin de observar un objeto celeste que servirá para evaluar su desempeño en las observaciones astronómicas.
Este tipo de instrumentos son muy poderosos y hemos sido pioneros en una época en que estos datos tridimensionales y cubos de datos forman parte de la espectroscopía integral de campo, una rama emergente, y nosotros tenemos gran experiencia y tradición, por eso los marselleses, los mismos españoles y un grupo de canadienses están interesados en asociarse con nosotros para tener acceso a nuestras observaciones
, comentó Rosado.
Lo que sigue, concluyó, es caracterizar y estudiar a fondo la sensibilidad límite del instrumento y ofrecerlo a la comunidad científica. La fase dos será integrar un detector más grande y un contador de fotones para hacerlo más sensible.