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La creadora no fue una persona agradable para el poder, afirma su compañera Delia Rendón

La pelea de Martínez Medrano por acceso de indígenas a la cultura, su legado

Lo mejor sería que continuaran enseñando teatro a los niños en sus comunidades, considera

 
Periódico La Jornada
Domingo 4 de febrero de 2018, p. 4

La creadora María Alicia Martínez Medrano, fallecida este viernes en Mérida, siempre peleó por que indígenas y campesinos tuvieran acceso al teatro y a todas las manifestaciones culturales , y no sólo se les viera como trabajadores de la tierra, por ello no fue una persona agradable para el poder, dice Delia Rendón, quien acompañó durante 40 años a la fundadora del Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena (LTCI).

Refirió que Martínez Medrano fue coautora, a sus 24 o 25 años, de las guarderías del Seguro Social y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, además de su trabajo en teatro con indígenas y campesinos.

Ella los educó en teatro, para que se formaran como profesionales y convertirlos en actores, directores y escenógrafos. Ese fue su proyecto de vida. Eso no se había hecho en nuestro país ni, creo, en el mundo occidental. Fue pionera en eso y lo más emblemático, menciona Rendón a La Jornada.

En Yucatán, afirma, hay maestros que trabajan en las comunidades que provienen de Tabasco y Sinaloa, son indígenas y campesinos. Agrega que espera muchas personas provenientes de las comunidades que irán a despedirse la creadora.

Fue una luchadora social con el teatro y deja un gran legado para los miles de indígenas y campesinos con quienes trabajó. Trabajó desde muy joven en muchas comunidades. Primero llevando teatro y luego haciendo escuela.

Delia Rendón, quien quedó a cargó del LTCI, recuerda que Martínez Medrano fundó laboratorios de teatro en Yucatán, Michoacán, Tabasco, Sinaloa, Sonora y Morelos. En Ciudad de México creó uno en casi todas las delegaciones, para los marginados. En las comunidades las personas todavía hablan de que la época en que estuvieron en los laboratorios fue la mejor en la vida de los niños y jóvenes.

Foto
Un momento de la puesta en escena Bodas de sangre, a cargo del LTCIFoto Lourdes Grobet

Destaca que la prueba de los resultados de sus objetivos fue “llevar entre 120 y 150 indígenas y campesinos a Nueva York y España a presentar Bodas de sangre, obra emblemática del laboratorio de teatro”.

Lo cual se consiguió porque “los organizadores y productores de los festivales invitaron a la obra en versión tabasqueña para que fuera en representación de México porque les pareció muy importante.

No fue fácil, ya que era un elenco muy grande y hubo opiniones del gobierno mexicano de que era mucha gente. Pero se tuvo apoyo de los productores de los festivales extranjeros y del gobierno de Tabasco, encabezado por Enrique González Pedrero.

Rendón califica el deceso de su maestra por más de 40 años como una gran pérdida, que lleva años, porque ella ya no podía trabajar. Creo que se quedaron muchos de sus proyectos en espera; sin embargo, lo que hizo habla de su entrega, de su capacidad creadora y educadora. Y como ser humano.

Concluye: Muchos indígenas, campesinos y comunidades están de luto por esta enorme pérdida. Lo mejor sería que continuaran haciendo teatro, enseñando a los niños en sus comunidades, que no se pierda esta semilla que ella sembró. Su trabajo es y seguirá siendo importante.