Se van inversiones a Estados Unidos
ientras el gobierno mexicano desoja la margarita para ver si efectúa una reforma fiscal, las inversiones se van a Estados Unidos. En el mundo actual no sólo es importante tomar decisiones adecuadas, sino hacerlo con la mayor rapidez posible.
Los países y empresas que reaccionan con rapidez ante los cambios tienen más posibilidades de crecer que aquellos que duermen el sueño de los justos. Por desgracia, el gobierno de Enrique Peña Nieto, en lugar de actuar así, se quedó pasmado ante una realidad que lo supera.
La primera inversión importante que se va es la de Chrysler, de Sergio Marchione. Esta armadora se llevará mil millones de dólares a una fábrica en Michigan para producir la Ram Heavy Duty, que se planeaba realizar en nuestro país. Para evitar problemas y mantener su presencia en México, Chrysler armará otra camioneta más pequeña, con una producción modesta. El resultado será un menor valor agregado y un número inferior de empleos generados en nuestro país.
Pero no sólo se van inversiones físicas de México, sino también se anuncian salidas de capitales financieros. Apple, de Tim Cook, repatriará de diversas partes del mundo 252 mil millones de dólares para invertirlos en Estados Unidos. Gracias a la reforma fiscal pagará 38 mil millones de dólares y generará 20 mil nuevos empleos en ese país.
Por su parte, Amazon, de Jeff Bezos, ya decidió que no realizará una inversión de 5 mil millones de dólares con la creación de 50 mil empleos en México, debido a que con la reforma fiscal le conviene más hacerla al norte de nuestra frontera.
En forma adicional, empresas dedicadas a la tecnología y al comercio anuncian que parte del ahorro obtenido con la reforma fiscal lo repartirán entre sus trabajadores. Por ejemplo, Walmart, de la familia Walton, que tiene cerca de un millón de empleados en Estados Unidos, aumentará el pago por hora de 9 a 11 dólares o, en su caso, otorgará un bono de mil dólares a cada trabajador, con lo que los asalariados gastarán más, reactivarán el consumo y generarán un mayor crecimiento económico, lo que se traducirá en mayor recaudación de impuestos.
Mientras tanto, el gobierno de Peña Nieto todavía no sabe qué hacer ante la fuga de capitales en nuestro país.