La región de América del Norte registró un desplome de 33 por ciento en los flujos de inversión extranjera directa (IED) durante 2017, al sumar 330 mil millones de dólares contra 494 mil millones de un año antes. En gran parte ello se debió a la reducción de fusiones y adquisiciones transfronterizas entre Estados Unidos y Canadá, informó ayer la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad, por sus siglas en inglés).

Destacó que la disminución de inversiones en Estados Unidos obedeció también a una fuerte reducción de las entradas de varios centros financieros extraterritoriales, los llamados territorios offshore o paraísos fiscales.

En los países de la Unión Europea la caída de la IED fue de 27 por ciento, al pasar de 500 mil millones a 370 mil millones de dólares, mientras en América Latina y el Caribe los flujos de capitales foráneos subieron de 139 mil millones a 143 mil millones de dólares, es decir, un incremento anual de 2.8 por ciento.

Con esos resultados regionales la IED a escala global cayó 16 por ciento el año pasado, al totalizar 1.57 billones de dólares, contra 1.81 billones en 2016, precisó la Unctad. Indicó que ese comportamiento de la IED contrasta con la recuperación que el comercio internacional y el producto bruto global registraron el año pasado.

También sostuvo que las fusiones y adquisiciones transfronterizas disminuyeron 23 por ciento en 2017, luego de tres años consecutivos de crecimiento, ya que sumaron 666 mil millones de dólares, en contraste con los 869 mil millones de 2016.

Si bien el organismo confió en que con las proyecciones de crecimiento económico del comercio mundial y los precios de los productos la IED apunte a un nuevo potencial durante 2018, alertó que elevados riesgos geopolíticos y la incertidumbre política podrían tener un impacto sobre su recuperación.

Además, es probable que las reformas fiscales en Estados Unidos afecten significativamente las decisiones de inversión de las multinacionales estadunidenses, con consecuencias para los patrones de inversión globales, sostuvo.

Sobre el comportamiento de la IED en otras regiones, la Unctad ponderó que Asia recuperó su posición como el mayor receptor de IED en el mundo, ya que China, Hong Kong, Singapur e India captaron en conjunto 332 mil millones de dólares, superando los flujos que recibieron América del Norte y Europa.

En cuanto a países, Estados Unidos mantuvo el liderazgo en la recepción de IED con 311 mil millones de dólares en 2017, seguido de China, con 144 mil millones, y Hong Kong, con 85 mil millones.

En la lista de los 10 países que más IED recibieron el año pasado también se ubican Países Bajos, con 68 mil millones de dólares, Irlanda (66 mil millones), Australia y Brasil (60 mil millones cada uno), Singapur (58 mil millones), Francia (50 mil millones) e India (45 mil millones).

La IED se mantuvo estable en los países en desarrollo, ya que registraron 653 mil millones de dólares en conjunto, y en las economías en transición, como el organismo llama a las que pasaron del socialismo al capitalismo, hubo una reducción de 17 por ciento en los flujos, que sumaron 55 mil millones de dólares.

La recuperación de la IED sigue estando en un camino lleno de baches. La promoción de ésta para el desarrollo sostenible es aún un desafío, declaró Mukhisa Kituyi, secretario general de la Unctad, refirió el organismo.

El reporte de la Unctad también reveló que hubo una disminución de 32 por ciento en el valor de los proyectos de IED anunciados, al sumar 571 mil millones de dólares, y en cuanto a número de proyectos la reducción fue de 17 por ciento, lo que representa el nivel más bajo desde 2003.