Llevan cuatro días ante la SG para que investigue sus casos
Domingo 21 de enero de 2018, p. 5
En su cuarto día de plantón frente a la Secretaría de Gobernación (SG) –que para muchos es también su cuarto día en huelga de hambre– familiares desaparecidos denunciaron que muchos de ellos han comenzado a tener complicaciones de salud por las condiciones en las que se encuentran en el campamento, sin que hasta el momento ninguna autoridad los haya atendido integralmente.
Por el contrario, afirman que organismos como la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) ha regresado a algunos de ellos a sus estados de origen contra su voluntad, con engaños de que los llevarían a un hospital, y se niega a apoyarlos para tratar sus dolencias físicas, con el argumento de que sus enfermedades no se derivan
de la pérdida de sus seres queridos.
Resguardados en tiendas de campaña o carpas, o simplemente acostados sobre colchonetas o cartones que colocan sobre el pavimento, alrededor de 15 personas se encontraban ayer frente a la puerta de la SG ubicada en la calle de Abraham González, donde se apostaron el miércoles pasado en demanda de que el gobierno investigue de verdad las desapariciones de sus seres queridos.
Una de ellas es doña Eudosia González Jerónimo, quien es guiada a todos lados por su hija cuando necesita moverse, porque la diabetes que padece tras la desaparición de su hijo Abel Gallardo González –en octubre de 2013 en Guerrero– le quitó la vista. A los dos años de desaparecido empecé yo con la diabetes. Veía raro, no sé, me fallaba algo, y hace un año detectaron que estaba perdiendo la vista. Yo no tenía esto, fue por la desesperación, la tristeza de no saber. Que pasen los días y nada. Ya no soporto más estar así, ¡es tan feo perder los ojitos...!
, expresa la mujer con voz llena de pesar.
Pero esa voz se le llena de rabia cuando escucha que la CEAV sólo da apoyo médico a quienes padezcan enfermedades que tengan relación directa con el hecho victimizante
, y se lo niega a muchas personas por considerar que sus males no fueron causados por el dolor de su pérdida.
Esa es una mentira, porque si ellos estuvieran en nuestro lugar y les estuviera pasando lo mismo, no pensarían igual. Mi esposo se andaba muriendo (de diabetes) debido a que mi hijo se perdió. Se andaba yendo rápido, pero como pudo salió adelante. ¡Que no digan esas cosas porque lastiman!
, sostiene la mujer con indignación.