Depreciación del peso y el alza en gasolinas, las causas: BdeM
claramente transitorios
Viernes 12 de enero de 2018, p. 21
Factores de carácter claramente transitorio
fueron los que llevaron la inflación en 2017 al nivel más elevado en 17 años, aseguró Alejandro Díaz de León, gobernador del Banco de México (BdeM). Citó, entre ellos, la depreciación del peso y el alza en el precio de los energéticos en el primer semestre, así como incrementos en frutas, verduras y gas para uso doméstico, ocurridos entre octubre y diciembre.
A partir de enero comenzará a observarse una menor inflación, respecto del año previo, y hacia finales del ejercicio se espera que converga al objetivo de 3 por ciento calculado por el banco central, anticipó Díaz de León, al participar en el Seminario de perspectivas económicas, organizado por el Instituto Tecnológico Autónomo de México.
El año pasado, la inflación fue de 6.77 por ciento, más del doble de la registrada en 2016 y la más elevada en 17 años, según reportó el martes pasado el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. En 2017, la inflación de frutas y verduras fue de 18.60 por ciento; y la de transporte de 11.80 por ciento. Estos son dos de los rubros a los que los hogares de menor ingreso destinan la mayor parte de sus recursos.
El gobernador Díaz de León, en su primera intervención en un acto público desde que asumió el cargo el primero de diciembre pasado, reconoció que claramente el nivel de inflación (de 2017) no nos gusta. Hubo un incremento muy pronunciado, fue un año muy adverso
.
Explicó que en particular durante el primer semestre del año la inflación se vio afectada por el alza en el precio de las gasolinas y el diésel, que entró en vigor el primero de enero de 2017; y por la variación en el tipo de cambio (que llegó a 22 pesos por dólar cuando el presidente Donald Trump tomó posesión de la presidencia de Estados Unidos, el 20 de enero), derivado de la incertidumbre en torno a la permanencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
La depreciación del peso frente al dólar dio lugar a un incremento en el precio de mercancías, tanto no alimenticias como de comida, bebidas y tabaco.
A partir de agosto, cuando la inflación fue de 6.66 por ciento, comenzó una inflexión a la baja, que, según se preveía, podría seguir, apuntó. Sin embargo, en el último trimestre del año ocurrieron choques adicionales
, como una menor producción de gas LP (que consumen siete de cada 10 hogares en México) y de frutas y verduras en Estados Unidos, que incrementaron los precios internos en México.
Sostuvo que a partir de este comenzará a observarse una tendencia de disminución de los precios, aunque no descartó la existencia de riesgos, como el tipo de cambio del peso frente al dólar. Ratificó que, hacia finales de 2018, el nivel de precios convergerá al objetivo del banco central, de 3 por ciento anual.
Afirmó que elevar las tasas de interés a 7.25 por ciento, fue l0 correcta para regresar a la meta
inflacionaria de 3 por ciento.