Madrid.

El ex presidente catalán Artur Mas (2010-2016) anunció este martes su dimisión irrevocable a la presidencia del Partido Demócrata de Catalunya ante la necesidad nuevos liderazgos, y argumentó que los procesos judiciales que enfrenta podrían limitar sus iniciativas.

Mas es investigado por varios casos de corrupción en pasados gobiernos catalanes. También es acusado de malversación de fondos públicos y será citado a declarar ante el Tribunal Supremo por el proceso de independencia que impulsó Puigdemont y en el cual participó desde la sombra.

Carles Mundó también presentó su renuncia como diputado y anunció que se retira de la política. Fue consejero de justicia del gobierno catalán y era uno de los principales líderes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Esta noticia fue una sorpresa incluso para los principales líderes de su partido, que lo habían considerado para la presidencia de Cataluña en caso de que Carles Puigdemont (refugiado en Bélgica) u Oriol Junqueras (preso) no pudieran ser investidos.

Mundó fue uno de los autores de la estrategia de la declaración unilateral de independencia del 27 de octubre, y se atribuye a él y su equipo la redacción de las dos leyes que debían dar cobertura legal al proceso de secesión: la ley de transitoriedad y la de referendo.

Por su vinculación al proceso de secesión fue citado a declarar junto con los miembros del gobierno de Puigdemont el pasado 2 de noviembre ante la Audiencia Nacional y de ahí fue enviado a prisión. Mundó salió bajo fianza después de un mes. Tras su liberación se incorporó a la candidatura de ERC para los comicios del 21 de diciembre, en los que fue electo diputado. Ahora, por motivos personales, dejará la política para regresar a trabajar en su profesión de abogado.

Horas después Mas, heredero del liderazgo de Jordi Pujol en el nacionalismo catalán, anunció su dimisión y sostuvo que valoró, entre otras cuestiones, la necesidad de dar paso a nuevos liderazgos y no limitar la proyección política de Junts per Catalunya.

Estos cambios en el liderazgo del independentismo suceden en una etapa clave para configurar los pactos que permitirían la formación de gobierno, que previsiblemente se deberá votar en el Parlamento a finales de enero y para el que todavía no se ha decidido quién será el candidato que presentarán a la investidura.